Hace más de un siglo y medio se inició el despliegue del ferrocarril en Catalunya. Aquellas primeras líneas fueron construidas por empresas privadas catalanas y valencianas, que conectaron las principales ciudades del país entre sí y con Francia y con España. Aquellos trenes revolucionaron la vida social y económica de los pueblos y ciudades por los que pasaba. Por ejemplo, de Barcelona a Reus (los dos principales núcleos demográficos y económicos del país) el tren pasaría a cubrir el trayecto en tan solo dos horas y media (el 25% del tiempo que dedicaba la diligencia Brunet y con una capacidad de carga infinitamente superior). Pasado un siglo y medio del fenómeno ferroviario catalán, y 83 años de gestión de la empresa pública española Renfe, los trenes tardan el mismo tiempo en cubrir el mismo recorrido.