"Cuando escasea la imaginación, lo mejor es quedarse en el ejercicio mondo y lirondo, y en el aula porque en un escenario, y en en una Semana Internacional, se corre el peligro de hacer el ridículo, que es lo que hicieron los tres components de El Tricicle, a pesar de la salva de aplausos con que los despidió un público generoso, generosísimo, que a buen seguro premió sus horas de estudio y su boletín de notas". De esta manera remataba el crítico Joan de Sagarra la actuación de Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans en la I Setmana Internacional de Mim, de la cual aseguraba que "con los mimos ya se sabe: a fuerza de dominar el cuerpo terminan por olvidarse de la imaginación".
Encuentra tu carcajada entre 17'7 billones
40 años después de aquellas palabras nada proféticas, el grupo decidía retirarse de los escenarios después su larga carrera habiendo conseguido provocar, según sus cálculos, 17'7 billones de carcajadas –a razón de una carcajada cada 8 segundos, la tuya incluida–, sin haber usado prácticamente ni una palabra. Ahora, Tricicle Clic, gesto, humor, lenguaje, una gran exposición al Palau Robert permite |repasar la trayectoria de uno de los grupos teatrales más importantes de Catalunya. Un grupo que ha hecho una contribución decisiva a eso que se ha llamado el humor catalán y que, si no fuera lo suficiente, han conseguido exportarlo en todas partes, aunque en Broadway no los acabassen de entender.
La exposición, comisariada por el diseñador y arquitecto Juli Capella, ofrece un recorrido a partir de sus montajes más famosos y de un gran número de objetos de atrezzo, carteles, escenografía y vestuario originales. De los guantes de boxeo en el Slastic hasta la sierra eléctrica de Terrrific, pasando por el traje de leds de Bits, que harán las delicias de varias generaciones que han llenado los teatros en cada uno de estos espectáculos. Unos seguidores que incluso podrán hacer de Tricicle" en un videomaton que a manera de casting permite a los asistentes ensayar la gestualidad típica del grupo guiados por los tres miembros de la compañía... que si lo hacéis bien os prometen que ya os llamarán. Y sí, también tiene un lugar de honor aquella crítica de Sagarra que los impulsó a exprimir su imaginación y a esforzarse en un proceso creativo que se puede descubrir en la muestra, especialmente a través de la libreta de apuntes de Paco Mir.
De 'Soy un truhán, soy un señor...' a los Juegos Olímpicos
Tricicle nació el año 1979, en pleno estallido de la Transición, en un momento de renovación teatral y cuando aparecen otras compañías que se alejan del teatro de texto convencional, como Comediants, el Hurón de los Baos, Vol-ras o Los juglares. El suyo es un "teatro intelectual" hecho por un grupo urderground que actuaba en el pequeño Teatre Llantiol llenando agujeros vacíos de la programación, que se vuelve popular para el gran público después de su actuación memorable en el Uno, dos, tres, dando vida en el Soy un truhán, soy un señor de Julio Iglesias. Y eso que al principio se resistieron a la propuesta de Chicho Ibáñez Serrador de actuar en un concurso de la entonces Primera –y única, con la 2– cadena de Televisión Española que tenía 22 millones de espectadores.
A partir de aquí vendrá su primer espectáculo de creación, Manicomic (1982) estrenado en el Teatro Regina, que los lanza a realizar un montón de bolos y viajes. De la experiencia en los aeropuertos saldrá su segundo espectáculo, Exit (1984), y coincidiendo con el estallido preolímpico, satirizando el mundo del deporte en Slastic (1986), con marca de ropa, promoción y tienda incluida.
Entretres (1996), Sit (2002), Garrick (2007) o Bits (2012) son títulos que han quedado en la memoria teatral colectiva, y que el grupo rememoró a través de los mejores gags en su última obra de despido, titulada Hits (2016). Que cuatro décadas después sus chistes entes continuen haciendo reír como la primera vez, aparte de su condición de clásicos, se debe al hecho de haber apostado por hacer un humor tan blanco como inteligente, basado en el clown, el mimo, el cine mudo o el cómic.
Rompedores de récords, Tricicle en cuarenta años tiene en su haber más de 6.000 representaciones en más de 400 teatros d 20 países diferentes y la satisfacción de haber llevado|traído el humor por primera vez en una ceremonia olímpica, donde tres deportistas de pega interpretados por Gracia, Mir y Sans llenaron de carcajadas el Estadio Olímpico de Barcelona en la noche que se sintió aquello d"atletes, bajen del escenario, siusplau". Les vieron 200 millones de personas.
Amar al público por encima de todas las cosas
Sin embargo, Tricicle no se ha quedado sólo en los teatros, ni tan sólo en las obras de creación propia. ¿Quién no recuerda a Carles Sans como director de hotel persiguiendo los clientes que huían carretera abajo del Hostal La Gavina de S'Agaró en Tres Estrelles? O los náufragos de Xooof!, que enlazaban con su primer espectáculo, o los schech, llenos de caras hoy bien reconicibles, de Dinamita? Quizás no es tan conocida la experiencia de Palace, la película que rodaron en un viejo hotel portugués con el veterano actor francés Jean Rochefort haciendo de antagonista del trío cómico catalán.
La exposición también resume la carrera de Tricicle con un decálogo, resumido en un imperativo claro: "Amarás al público por encima de todas cosas. Y, sobre todo, no lo aburrirás nunca". En este sentido, una balanza señala que el peso de todos los premios que han ganado a lo largo de las cuatro décadas de carrera –entre ellos, el Nacional de Cultura que recibieron el año pasado– es inferior a lo que conceden a la estima y calor del público. Un público que, gracias al video-entrevista realizado por Poldo Pomés, escuchará por primera vez a los reyes del humor sin palabra.