Triquell hace música para entenderse y para canalizar cosas que la vida cotidiana a veces no nos permite canalizar. También crea "para intentar ser un reflejo de una realidad que quiero criticar, que quiero expresar, que quiero vomitar". El cantante, participante de la primera edición del concurso de talentos Eufòria, ya tiene un disco en la espalda (Entre fluids) y varios temas que han sonado muchísimo en las emisoras, como Jugular. Ahora ha vuelto al punto de mira con un nuevo EP titulado FOMO, sigla de fear of missing out, miedo de perderse tanto en uno mismo como|cómo alguna cosa, normalmente dentro de un contexto social, acontecimientos o experiencias. Concepto que cada vez se utiliza más con el uso de las redes sociales. El cantante volvió a vivir en Barcelona a principios del año pasado y "representa que aquí hay más oportunidades laborales, donde pasan las cosas, y de aquí nace el concepto de fomo, de sentir que si no estás en Barcelona, no estás viviendo la vida que tendrías que vivir con 20 y pocos años". De hecho, comenta que cuando más conectado estuvo, más fomo tenía.
A Triquell hacer las 6 canciones que forman el EP, con diferentes productores colaboradores, le han sacado de su zona de confort: la experimentación ha estado presente, siempre manteniendo una base "bailable e inmersiva, más de sala, más club, más discoteca, más electrónica". Nuevo disco que el cantante verterá toda su música con un formato de concierto que sale del tradicional, y que es concebido por el artista como un espectáculo del futuro: la sala escogida es el Ideal, el Centro de artes digitales y la experiencia inmersiva que propone se podrá ver cuatro noches seguidas, empezando hoy mismo y hasta el 20 de enero.
Ha pasado muy poco desde que publicaste Entre fluids. Estás creativamente incontinente.
Este EP es más experimental, freestyle. Es hacer lo que uno quiere, es la tranquilidad de poder hacerlo autogestionado, de haber podido invertir en el mismo estudio donde hacíamos música antes y donde ahora podemos hacer cosas bastante profesionales. Es apostar por el equipo creativo con quien realmente te entiendes y puedes ser sincero. FOMO está como hecho en casa. Es crear con confianza y con una asamblea, no con jerarquía de buscar el hit o de tener que sonar de una determinada manera. No queríamos repetir nada del primer álbum, queríamos encontrar texturas y sonidos nuevos.
Estamos intentando hacer una cosa que nos haga salir de nuestra zona de confort, y que a la vez sea bailable e inmersiva, más de sala, más club, más discoteca, más electrónica
¿Experimentación con qué?
Con texturas, con cómo procesar las frecuencias de cualquier instrumento para que deje de sonar de manera cruda, todo está ultraprocesado. Y a mí me gusta tratar la voz como un espectro, como un elemento que forma parte de una mezcla y no tanto como un elemento que destaca. También que la sonoridad de la música no solo dependa del vocalista, sino de la producción del tema. Y en este sentido, creo que estamos intentando hacer una cosa que nos haga salir de nuestra zona de confort, y que a la vez sea bailable e inmersiva, más de sala, más club, más discoteca, más electrónica.
Explícame más sobre FOMO.
Son seis canciones planteadas para tener este factor inmersivo, más electrónico, más de procesamiento vocal. Ya planteado en sí mismo para ser llevado a una sala, no tanto de fiesta mayor (aunque es perfectamente trasladable). La voluntad era que la gente vuelva a tener interés por una sala que no sea una sala donde se reproduce un concierto tradicional, sino que pueda ser una sala donde el artista pueda tener recursos para acompañar su directo. Y el directo, más que ver a alguien cantar, sea sentir cosas.
Eso es lo que harás con estos cuatro conciertos en el Ideal.
Para mí, una parte superimportante de la obra de un músico es la parte audiovisual: los videoclips, las live sessions, los espacios que generas... Cómo explicas y cómo acompañas tu música con un tratamiento casi cinematográfico. He conocido a gente que sabe un montón, los artistas visuales del Ideal son una pasada, el espacio es una brutalidad y las directoras creativas de mi proyecto han podido expresar y transmitir estos espacios que intento generar yo con la música. Hemos generado un espacio que es nuestra concepción de concierto del futuro, con cada tema una ambientación, una corriente artística y una textura diferente. Es lo que intento con la música: romper y buscar nuevas fórmulas. Ojalá el mundo tuviera suficientes recursos para dar al artista espacios como el Ideal para poder presentar su música, porque estaríamos en un paradigma diferente, donde el protagonismo principal no lo tiene la figura humana y carnal del artista, sino que el espacio que genera o las narrativas que generan su contenido tienen más importancia. Entramos también en contraposición con los formatos que elevan más a la persona que a la obra.
Hemos generado un espacio que es nuestra concepción de concierto del futuro, con cada tema una ambientación, una corriente artística y una textura diferente. Es lo que intento con la música: romper y buscar nuevas fórmulas
Excepto los que te vayan a ver al Ideal, el resto te escuchará en casa, y la gran mayoría con el audio del móvil o del ordenador.
Esta es la gran putada de hoy día, que todo se consume a través de una pantalla y el altavoz de móvil. Una persona que se dedica al sonido necesita que el espacio donde se reproduce su sonido también sea de gran calidad... Pero creo que con una barra de sonido, un buen altavoz o un coche de estos nuevos, también se escucha bien. Creo que ya es suficiente para tener este viaje, pero me sabe mal que haya ciertas cosas que por culpa del medio en el cual son reproducidas no se puedan llegar a disfrutar del todo.
El otro extremo sería solo hacer directos sin colgar canciones.
Claro, de repente es la contrapropuesta a la música de TikTok. Sé que me podría dar más rentabilidad económica hacer una canción que tenga unos 30 segundos planteados para TikTok, pero optamos por, en vez de hacer un blog, hacer un libro... Es una parte más purista, romántica e idealista, porque lamentablemente tienes más números de perder si lo haces con estos ideales que si lo haces accesible para todo el mundo. Es más inaccesible, pero a la vez creo que es más cuidado.
Las letras son experiencias personales, observaciones de realidad, de mis traumas, de mis miedos, de diversas de las cosas que me han ido pasando. Vomitar pensamientos, escritura impulsiva, ideas...
¿Sobre qué escribes?
Las letras son experiencias personales, observaciones de realidad, de mis traumas, de mis miedos, de diversas de las cosas que me han ido pasando. Vomitar pensamientos, escritura impulsiva, ideas... Todas las canciones tienen una proyección diferente porque el estado de ánimo va transitando, con el punto en común de la misma voz. También une a nivel conceptual el fomo: no sentirse vinculado, la autodestrucción, la vulnerabilidad, la sensación de pérdida absoluta de identidad y otras movidas emocionales como el nihilismo. Es mi manera de canalizar, mi música es mi psicólogo.
FUMS!, el primer single del disco, recoge un poco todo esto que dices.
FUMS! sale de un ensayo de Entre fluids. Yo venía de la ciudad y venía un poco estresado y, de repente, poco a poco fuimos construyendo el tema, proyectando la sensación de impotencia y rabia que tenía por el hecho de estar viniendo del núcleo urbano y de ver dinámicas sociales y de cierta gente que lo que hacían era acomplejarme, reducirme y hacerme sentir inferior, más que no empoderado. Y lo intenté revertir y canalizarlo a través de un tema en que hablo de lo que veía de la ciudad, que aparte de los humos físicos, evidentemente, había unos humos metafísicos y de una cultura que vive mucho del narcisismo, de la egolatría, de la constante exposición de la vida cotidiana, de cosas que yo encuentro que al cerebro humano no le convienen del todo. Son cosas que nos están pasando a nivel generacional y social: todos nos sentimos medio obligados a debernos a una red que al final lo que hace es desconectarte de ti mismo.
Todos nos sentimos medio obligados a debernos a una red que al final lo que hace es desconectarte de ti mismo
El videoclip da un poco de mal rollo.
Es una pesadilla. Adela, Èlia y el equipo de trabajo han sabido transformar en imágenes y narrativa lo que yo intento transformar en música. Son dos directoras brutales, con recursos, con ideas, con ganas y con amor, que han estado cuando mi proyecto era pequeño y cuando empezó a funcionar siguieron estando y siguen estando actualmente. Eso no quiere decir que no pueda trabajar con alguien diferente, pero yo sé que aquí es donde podré volver siempre que busque un equipo que sepa plasmar bien mis ideas y que me mejore a mí.
¿Y musicalmente, cuáles han sido esta vez tus referentes?
Massive Attack, Blood Orange, Leonard Cohen, Lou Reed, Amore, FKJ, Stromae... A nivel local Socunbohemio. Tengo muchas referencias, y en este EP hemos sido libres, sí que a Treu-me, hemos tenido como referente a Kendrick Lamar. Él, narrativamente, es un gran referente. Sus últimos videoclips We cry together o Count me out se tienen que mirar con las letras, aunque son obras de arte, son películas. Cada imagen es poesía.
El concepto de fomo, nace de sentir que si no estás en Barcelona no estás viviendo la vida que tendrías que vivir con 20 y pocos años
¿Y esta sensación de fomo, cuándo nace?
El año pasado volví a vivir en Barcelona. Representa que aquí hay más oportunidades laborales y es donde pasan las cosas. De aquí nace el concepto de fomo, de sentir que si no estás en Barcelona no estás viviendo la vida que tendrías que vivir con 20 y pocos años. Cuando más fomo tuve es, curiosamente, cuando más conectado estuve, cuando menos me perdía las cosas que pasaban. Y cuando he decidido renunciar totalmente a las cosas que pasaban aquí es cuando menos he tenido.
¿Es como una droga, verdad?
Es autodestructivo. Es entrar en esta rueda de intereses mercantiles, de industria, de showbusiness, todo eso que hace que un artista a veces sienta que es más importante centrarse en la parte marquetiniana que en la creativa. He intentado que FOMO fuera un canto a los cuatro vientos de lo que quería proponer musicalmente más que vender la moto a nadie. De vez en cuando tengo fomo. De hecho, todo el mundo que tiene redes tiene un poco. En el fondo intento que todo lo que digo forme parte de alguna cosa tan nuclear emocionalmente que dentro de 10 años entienda qué estaba sintiendo mi Cesc del pasado.
Creo que más allá de la emoción, todo esto de lo que hablas tiene un componente social. ¿Consideras que un artista tiene que ser comprometido?
Tengo entendido, y creo que es bastante cierto, que todo aquello que funciona por encargo y/o adaptabilidad a un formato, acostumbra a provocar una renuncia de la persona que lo está haciendo y es más complaciente con la demanda. Dudo de que Pollock o Picasso obedecieran a una demanda. Era la seva forma de expresar un art. Warhol, sin embargo, te diría que sí. Yo soy consciente de que mis canciones tienen que tener un circuito y tienen que ser cantadas en un directo. Y es por eso que las preparo para eso, a la vez que también me centro en hacer que el directo no suene estándar, sino que de alguna manera intente romper fórmulas más canónicas, con dinámicas generadas por la misma cultura, para los grupos que salen de aquí.