Esa gente que antes de que preguntes, ya te ha dicho de qué curra. Dónde vive. Qué grupos le molan. Que tiene un círculo a su alrededor donde todo el mundo escucha. O lo hace ver. Habla con un entusiasmo envidiable: puede que pienses que es un flipado. Pero es majo, te acabará cayendo bien. No le pidas moderación: nunca sabrá cuándo te está aturdiendo. “Hoy degustaremos una comida vanguardista. Tengo fe en que a todo el mundo le sentará bien”. No ha habido nadie vanguardista que vendiera vanguardia. Hasta hoy. El que habla es Triquell (vídeo en el link de arriba). Es un chico de veintipocos, con estudios en ADE y Pedagogía, miembro de la banda Alter Soma y finalista del concurso Eufòria. Dicen que fue el homme fatal del talent de Tv3. Y un puro amante del mainstream (U2 o Mika, grandes alardes vocales en este último) y del malditismo (cantó Ull per ull de Adrià Puntí).
Cuando acabó el certamen, publicó la ramplona Road trip, sonido lofi impostadísimo, “living en una road trip, direcció tranquil·litat”. Nada, enamorado de lo suyo, pero la cosa no iría a más. Fue la primera publicación junto a Arnau Vallvé, batería de Manel, en la producción. ¿Se irían conociendo, se volverían locos? El tema iba acompañado también de Jugular.
Hemos tardado dos meses en dilucidar, desde el estreno de ese segundo single, si esa pose de seguridad/fragilidad, aderezada con palabrerío y excentricidad (entre Tino Casal y el cantante de Imagine Dragons) era coraza, un caparazón vacío, o si había algo más. Algo más debía haber, porque Jugular es una genialidad o la mayor boutade de la historia. Y la balanza, con las escuchas, se inclina más hacia lo primero: el texto podría haberlo firmado el mismísimo Guillem Gisbert (no dice nada en sí, pero tiene un ritmazo terrorífico): rimas consonantes a mansalva. Pero pam, pam, pam. La canción no camina, corre.
¿Y la música? Una mezcla entre los referentes mainstream ya citados con la atmósfera de Nightcrawler, revivalera, pero también pop (Kavinsky), con un estribillo spoken que te taladra la cabeza, y después un maravilloso puente digno de M83, de Justice, de pop electrónico arrollador. Para mayo se espera su primer disco. Sólo ahí sabremos realmente si la vanguardia llegó para quedarse o era un anuncio marketiniano, de corrillo entre amigos.
TRIQUELL
Jugular
7