Llega al Teatre Lliure de Gràcia, La tristeza de los ogros, una obra sobre las experiencias traumáticas de la adolescencia que ya se pudo ver en su versión original en francés en el Festival Temporada Alta, pero que ahora llega en un nuevo montaje, dirigido por su mismo escritor, Fabrice Murgia. Esta nueva versión es respetuosa con la escenografía del original belga, pero se ha adaptado, tal como quería el autor, a la realidad local, e incluso incorpora el caso de las niñas de Alcàsser. La obra se podrá ver hasta el 25 de febrero, y se recomienda para jóvenes mayores de 14 años, aunque sus impulsores afirman que es del máximo interés, también, para los adultos. Ahora bien, advierten que para disfrutar plenamente de la obra "Hace falta dejar al adulto a fuera y sacar al adolescente que todos llevamos dentro". Sus intérpretes son tres jovenísimos actores: Olivia Dencán, Andrea de San Juan y Nacho Sánchez.
Jóvenes asesinos y asesinatos
Este espectáculo, que ha acumulado premios donde se ha representado, fue ideado por Fabrice Mungia, quien escribió esta obra poco después de salir de la adolescencia. La tristeza de los ogros, en su versión original, intentaba explicar la soledad, la incomprensión, el cierre y la desesperanza de los jóvenes a través de dos casos bien diferentes. Uno, el de Sebastian Bosse, un joven que había sufrido bullying y que entró en su instituto dispuesto a vengarse. Empezó a disparar, no llegó a matar a nadie y después se suicidó. A través de su blog se pudo reconstruir su vida y sus sentimientos. El otro caso era el de Natascha Kampusch, una niña austríaca, que fue secuestrada cuando tenía 10 años, y que fue violada por su captor. Sólo consiguió escaparse al cabo de 8 años, y más tarde escribió su autobiografía.
Nuestra propia brutalidad
Fabrice Murgia exigió que la versión española de su obra fuera dirigida por él mismo, y que respetara estrictamente los principios técnicos de aquel montaje. Pero pidió que se adaptara a las peculiaridades locales, y Borja Ortiz de Gondra se encargó de hacer el texto definitivo, en el que, además de los relatos sobre Bosse y Kampusch, incorporó la historia del crimen de Alcàsser, a pesar de respetar visualmente el principio del espectáculo. De esta forma, se explica la historia de las tres niñas de 14 y 15 años que fueron secuestradas, violadas y asesinadas en 1992, en un caso que nunca se acabó de aclarar.
La oscuridad del mundo
Esta obra ha sido calificada de "cuento negro para adolescentes". Murgia ha afirmado, en alguna ocasión que si este espectáculo es oscuro, es porque "el mundo también es oscuro", pero argumenta que la función del teatro es, justamente, "adentrarse en la oscuridad". Pese a todo, a esta obra no le falta un toque de humor negro y rechaza convertirse en una simple obra de teatro documental, incorporando numerosos elementos oníricos. "Es como un sueño, o como una pesadilla", explica Lluís Pasqual, el director del Lliure.
Plena vigencia
Borja Ortiz de Gondra ha afirmado que pese a haber sido escrita hace más de 10 años, y de que el mundo de los adolescentes ha evolucionado mucho en estos últimos años, esta obra mantiene su plena vigencia. Afirma que hoy en día está lleno de chicos que interactúan con el mundo mediante blogs, redes sociales o cámaras; son gente que lanza mensajes al mundo pero que no hablan con nadie. Y afirma que los jóvenes que ven la obra, actualmente, "salen conmovidos, porque se ven reflejados en ella."