¿Qué es una biblioteca? Según el diccionario, es sencillamente un "lugar que contiene una colección de libros", pero según Umberto Eco también puede ser "un laberinto de pasillos forrados con estanterías que llegan hasta techos maravillosamente altos", tal como definió el autor de El nombre de la rosa su biblioteca cuando hace años la periodista Lila Azam Zanganeh lo entrevistó en su apartamento de Milán para la revista literaria The Paris Review. Precisamente aquel apartamento se ha convertido hoy en el escenario de un vídeo viral que ha hecho fortuna a Twitter: en él se ve al difunto escritor, pensador y semiólogo italiano andando por los pasadizos de su biblioteca personal en busca de un libro. Así de simple y así de magnético.

A pesar de la aparente simplicidad visual y narrativa del documento audiovisual, el hecho de ver en Umberto Eco andando a cámara rápida por el interior de su biblioteca como si fuera Indiana Jones zafándose de los nazis en En busca del arca perdida ha causado furor en las redes, donde por mucho que parezca mentira, lo literario a veces también lo peta. Hasta ahora sabíamos que en las redes sociales triunfaban de por algún motivo desconocido los vídeos de gatitos haciendo cosas, pero que un vídeo de Umberto Eco buscando un libro concreto en su casa se convirtiera en un documento viral no entraba en el guion previsto. En el documento se mezclan dos elementos importantes para alcanzar el éxito en Twitter: el primero, mostrar aquello que muchos querríamos tener en casa, es decir, un hogar lleno de libros; el segundo, que el hecho de que quien tiene esta casa sea Umberto Eco, un hombre que si escribió un libro titulado Cómo organizar una biblioteca pública fue, quizás, porque había sabido ordenar una biblioteca privada con más libros que algunas bibliotecas públicas: 30.000.

El dato es tan impactante que el escritor Nassim Taleb decidió iniciar su novela El cisne negro con una reflexión magnífica para acompañar el vídeo de Eco buscando un libro: "Una biblioteca privada es una herramienta para la investigación, por eso los libros leídos tienen menos valor que los no leídos," dice Taleb, "ya que cuanto más cosas sabemos, más libros sin leer se acumulan: en esta biblioteca de libros no leídos la llamaremos la antiblioteca".