Los vascos casi siempre han dispuesto de un sistema de autonomía —o, incluso, de independencia— fiscal que los catalanes perdieron en 1714, con la derrota y ocupación borbónica del país y que no han recuperado nunca. El porqué los vascos han conservado, casi de forma ininterrumpida desde la edad media, un sistema propio de tributación y una relación bilateral pactada con el poder central español, es un hecho desconocido por la inmensa mayoría de los catalanes. Pero hay una historia que lo explica.