La novela Pilar Prim, del escritor Narcís Oller (1846 - 1930) empieza con una larga y esmerada descripción del viaje entre Barcelona y Puigcerdà, la capital de la Cerdanya y una de las villas más famosas del veraneo burgués ochocentista. Es precisamente este viaje de nueve horas –en tren hasta Ripoll y en diligencia con parada en Ribes de Freser subiendo la Collada de Toses– el que provoca justamente el conocimiento|conocida entre la joven viuda que mujer nombre al relato, limitada por un testamento que le hará perder el usufructo en caso de volver a casarse, y Marcial Deberga, el seductor que hará traquetear su vida.

De hecho, buena parte de la primera parte de la novela, que se ha emparentado con otras protagonistas femeninas a oprimidas en su vida y sexualidad como Emma Bovary, Ana Ozores o Anna Karenina, está situada justamente donde pasaba los veranos su autor.

Imagen actual de la Casa Samperí, en la colonia Salvadó, donde Narcís Oller pasaba los veranos.

El veraneo familiar en un entorno muy literario

El vínculo de Narcís Oller con Puigcerdà le venía por parte de su mujer, Esperanza Rabassa, a la familia de la cual era originaria. Cuando subían, como Pilar Prim, a Puigcerdà, los Oller Rabassa se alojaban casa de Dolors Rabassa y Miquel Salvadó, industrial textil propietario de la Colònia Salvadó y personalidad destacada de la capital cerdana. Vinculado al catalanismo político y promotor cultural, impulsó la carretera de la Collada de Toses, la modernización del hospital y la fundación del Casino Ceretano.

En el siglo XIX, Puigcerdà ya es una villa con una vida cultural muy intensa, favorecida por las estancias que hacen personalidades como el sacerdote y poeta Jacint Verdaguer, el Nobel occitano Frederic Mistral, el arquitecto Antoni Gaudí o el escritor Joan Maragall, atraídos por la tertulia de la trastienda del farmacéutico Josep M. Martí. Francesc Matheu escribió la letra del Himne cerdà, por ejemplo, y Martí Genís i Aguilar ambientó La reineta del Cadí. Nombres como Enric Granados, los hermanos Emili y Josep Maria Junoy, Rafael Gay de Montellà o Santiago Rusiñol también tejieron vínculos con la capital cerdana.

Pilar Prim, escrita y ambientada a Puigcerdà

A la torre de los Salvadó, Cal Samperí, escribió varias novelas y cuentos, especialmente Pilar Prim, que recrea los escenarios que Oller conoció durante aquellos veranos en Cerdanya: El estanque, con sus torres y chalets, las plazas de Santa Maria y Major, con la estatua del brigadier Cabrinetty, que había obligado a los carlistas a levantar el asedio de Puigcerdà o la plaza de la Villa, desde donde se avista una buena vista. En la novela, los protagonistas también visitan Font-Romeu, uno de los grandes centros turísticos de alta montaña europeos, predilecto entre las clases aristocráticas y burguesas de la Belle Époque.

En un fragmento de sus Memorias literarias, en una carta dirigida a Víctor Català, con quien estableció una relación de mutua admiración y confidencia literaria, escribía: "Ya sabe Usted que en esta primavera de 1904, Usted y yo nos viéramos a menudo en Barcelona dónde hablamos largamente de libros, hombres y cosas de nuestra tierra y que, finalmente, nos separamos para volver Usted en l'Escala a dar las últimas plumadas a su Solitud que mientras tanto va publicando Juventud en folletín, y yo hacia Puigcerdà a reanudar la interrumpida tarea de mi Pilar Prim [...] Pero Pilar Prim, a la cual, cómo Usted sabe, no se publicó hasta el año 1906, me ocupó cuatro o cinco veranos en Puigcerdà. Si mi magín iba ya entonces cansado por los años, la pluma todavía más, y lo que hacía hoy, mañana ya no me complacía. Debe mil dudas y preocupaciones se habían apoderado de mí".

Oller, un enamorado de la Cerdanya

El escritor de la Catalunya Norte Josep Sebastià Pons, relata un encuentro con Oller en Puigcerdà: "Por la tarde, llamé a la puerta de Narcís Oller. El gran novelista me recibe, afectuosísimo. Se entusiasma fácilmente, hablando de poesía, de arte, de excursiones, de la belleza inmaculada de Cerdanya. [...] Es un verdadero enamorado de Cerdanya, y cada verano —dichoso ell!— viene a vivir delante por delante de la sierra de Cadí, maravilloso diálogo del novelista y de la sierra! Aixís es que podríamos recortar de su obra algunos quadritos alegremente claros, como lo es aquel de la nieve que adorna la chopera del estanque, entre los chalets, acurrucados, y extiende su esponjoso beso en las aguas por encima del llano de Cerdanya..."

Hoy día, la Cerdanya y Puigcerdà siguen siendo uno de los principales destinos de segundas residencias y turismo de verano e invierno. De todos modos, parece que la ambientación de la novela El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón ha dejado los personajes de Oller como figuras del pasado. Quizás sería bueno recuperar la ruta por el veraneo de Pilar Prim y su padre literario que los profesores Josep Camps y Roser Trilla proponen en el volumen didáctico Narcís Oller. La novela de una época.