Proponemos hoy una ruta en bicicleta, de unos 30 kilómetros, que nos lleva de Bot, en la Terra Alta, hasta Vall-de-roures, una preciosa localidad cargada de historia del Matarranya, en la Franja de Ponent. Una ruta alejada de los caminos principales, que nos permite circular por territorios poco conocidos, fuera de los grandes destinos turísticos. Buena parte del trayecto transcurre por la antigua vía del tren, y por lo tanto aprovecha puentes y túneles; así pues, los desniveles son escasos. No se debe olvidar llevar linternas o luces para alumbrar los túneles y cantimplora, por el elevado calor que hace en la zona. Podemos llegar a Bot, desde Barcelona, con los autocares de la compañía HIFE.

Estación de Bot. Fotografía: Diluvi.com. Anna y Adrià. Wikipedia.

Inicio entre viñas

La ruta empieza en Bot, una localidad rodeada de viñas donde se elabora un vino cada vez más apreciado. De hecho, si se viaja con tiempo, vale la pena visitar las bodegas del pueblo, donde no sólo se pueden degustar los vinos, sino que además os acompañarán por las viñas, y os enseñarán todo el proceso que sigue la uva hasta convertirse en vino. Desde Bot, con un paseo de una hora, también se puede visitar el santuario de la Fontcalda, donde hay unas fuente de agua medicinal, que sale a 28º. El santuario funciona también como balneario y como restaurante.

El tren del Aragón al mar

A partir de Bot se sigue la vía verde construida sobre la antigua vía del tren. Este ferrocarril respondía a un intento de buscar una salida para los productos de Aragón hacia el mar. En 1882 se empezaron las obras de la vía férrea del Valle de Zafán. Se había previsto que el tren saliera de La Puebla de Híjar y llegara hasta Sant Carles de la Ràpita, pasando por Tortosa. Pero el proyecto tuvo muchas dificultades y en el siglo XIX sólo se inició la explotación del trayecto Alcañiz - La Puebla de Híjar. Hasta 1942 no se puso en marcha el trayecto hasta Tortosa (una parte de las obras fue a cargo de los presos políticos republicanos). Y la prolongación de Tortosa a Sant Carles de la Ràpita no se inauguró nunca.

Renfe se encargó de la explotación de este ferrocarril, conocido como "el Sarmentero". En 1973 se paralizó la explotación, que era deficitaria, alegando problemas de seguridad en algunos túneles. En los últimos lustros se han ido rehabilitando los fragmentos del antiguo ferrocarril como vía verde. Ahora bien, como las obras han ido a cargo de diferentes consells comarcals, la información de la vía la encontramos dispersa (incluso es difícil conseguir mapas completos de toda la ruta).

Vía Verde de la Terra Alta. Fotografía: Mariano Cebolla / Joan Revilla. Consell Comarcal de la Terra Alta.

Por tierras catalanas

Se empieza la ruta por la estación de Bot, que está muy cerca del centro de la localidad (excepcionalmente: la mayoría de pueblos están bastante lejos de esta vía férrea). Durante una parte del trayecto, la ruta flanquea el río Canaletes. A poca distancia de Bot se puede contemplar la ermita de Sant Josep. En este tramo se cruzan dos grandes viaductos: el del Barranc de la Balloca (en el kilómetro 3), y el del Barranc del Molí del Cap (en el kilómetro 4,5). Y, de forma continua, se va pasando por grandes y pequeños túneles (la mayor parte cuentan con iluminación artificial, pero hace falta llevar linterna, porque a veces las luces no funcionan). Se pasa entre almendros, viñas y pinos, con el recorte de la Mola d'en Canar de fondo. Se llega a la antigua estación de Horta de Sant Joan (al kilómetro 9). Si hay tiempo para desviarse una pizca de la ruta, se puede visitar el Museo Picasso de este pueblo; se creó allí porque Picasso pasó una temporada en Horta, en busca de aires sanos para superar una enfermedad. El pintor aseguraba que había aprendido muchas cosas en este pueblo. Desde allí se continúa a la estación de Arnes-Lledó (km 12,6), donde acaba la parte catalana de la vía verde. Muy cerca de la estación hay una zona de baño, que el ciclista agradecerá mucho. Allí también tenemos un área de descanso donde se puede comer y descansar un rato.

En Aragón

El viaducto del río Algars separa Catalunya y Aragón, y la Via Verda de la Terra Alta de la Vía Verde del Valle de Zafán. Desde este puente se tienen unas magníficas vistas de los Ports de Beseit, del río y de los bosques de los alrededores. se continúa desde el viaducto hacia la estación de Cretes: son seis kilómetros en un paisaje más seco que el del lado catalán, pero con muy buenas vistas. Se pasa por dos buenos miradores. La ruta hace un poco de subida, pero no mucha. De Cretes a la estación de Vall-de-roures sólo son 2 kilómetros. Para ir a Vall-de-roures hace falta abandonar la vía verde y tomar el viejo camino de la población.

Vallde-roures. Fotografía: Jordi Domènech. Wikipedia.

Vall-de-roures

Para cerrar la ruta, vale la pena, a partir de la estación de Vall-de-roures recorrer los 4 kilómetros que separan la Vía Verde del esta localidad, que merece una visita. Vall-de-roures está situada al pie del río Matarranya, y cuenta con un espectacular puente gótico, y con una fantástica puerta del siglo XVI. La estructura antigua de la localidad está muy bien conservada. Dispone de un Ayuntamiento del siglo XVI. Del mismo periodo es el palacio, que contaba en su interior con un hospital. El castillo episcopal, del siglo XIV, situado en la parte superior de la villa, es monumento nacional; a su lado tiene una espectacular iglesia gótica. Vale la pena dedicar un buen rato a pasearse por esta localidad y ver todos sus rincones. Y antes de marcharse de Vall-de-roures, hay que detenerse en la Llibrería Serret, uno de los principales centros de difusión del catalán en el Matarranya. Seguro que no saldréis con las manos vacías: tienen una espectacular fondo de libros sobre la región.

Centro de intefpretación de Xerta (Baix Ebre), en la estación de la Vía Verde. Fotografía: Osikerda1. Wikipedia.

Para los valientes

Para aquellos que tengan ganas de hacer una ruta más larga, tienen la posibilidad de estirarla por ambos extremos. En realidad, pueden salir desde Tortosa, mediante los 26 km de la Vía Verde del Baix Ebre, recorrer los 24 km de la Via Verda de la Terra Alta y empalmar con los 46 km de la Vía Verde del Valle de Zafán, que después de Vall-de-roures continúa hacia La Torre del Comte y acaba en Alcañiz. 96 kilómetros que nos llevarán por un marco incomparable. Y si todavía la ruta os parece corta, la podéis estirar con 28 kilómetros más, empalmando con el camino natural Tortosa - Deltebre. Así, saliendo de Tortosa, cruzaréis el Delta de l'Ebre y acabaréis la ruta en el mar, en la urbanización de Riumar.

 

Fotografía de portada: La Via Verda de la Terra Alta a su paso por Bot. Fotografía: Mariano Cebolla / Joan Revilla, Consell Comarcal de la Terra Alta.