Cuentan los tabloides de la época que Enriqueta Martí, la infame “Vampira del Raval”, llevaba una doble vida: de día mendigaba vistiendo harapos mientras de noche frecuentaba el Gran Teatre del Liceu, el Casino de la Rabassada y demás localizaciones de la Barcelona belle époque luciendo ropas lujosas, sombreros y pelucas, donde ofrecía a los señoritos sus supuestos servicios como proxeneta y vendedora de ungüentos, pomadas, filtros, cataplasmas y pociones 100% naturales a base de niño secuestrado para todo tipo de piel. Pues bien. Citando a Goethe, gran fan de Paracelso, “todas las formas son análogas, y ninguna se asemeja a la otra”, y así algunos advierten que el presente que nos ha tocado sufrir (utraviolencia financiera e inmobiliaria, agentes del caos sellando tratos con el diablo mediante el algoritmo de X, fundamentalismo, fascismo cuqui, inteligencia artificial fuerte, pensamiento unidimensional, industrias de la desinformación, etc.) viene a ser un revival posmoderno del oscurantismo medieval.
Y a mi se me antoja presentarles a Víctor Dvnkel, autor de Proyecto secreto – EXOSQUELETO #1 (Autsaider Cómics, 2024), como una suerte de actualización del mito de la fantasmagórica criminal barcelonesa: un tipo que durante el día vive oculto en la oscuridad de un cuchitril del barrio Chino (quien sabe si el mismo que habitó Enriqueta), donde, en pijama de franela como uniforme laboral, dibuja páginas y páginas de extraños tebeos bajo la luz de un flexo (amén de practicar la nigromancia, la música ruidosa y váyase usted a saber qué otras atrocidades), para luego, al caer el sol, pasear hasta el Poble-sec vestido como el protagonista de Entrevista con el vampiro —pelo largo, gafas de sol (recuerden: de noche), ropa estrictamente negra de dandi victoriano…— hasta la Associació Cultural Meteoro, en donde nos sirve brebajes a los insomnes de la ciudad en forma de licor café, Micheladas o Moscow Mule.
A día de hoy sabemos con seguridad que su cuerpo yace inerte en el Raval de la ciudad de Barcnino-Nova, aunque ciertamente su espíritu se halle en paradero desconocido
Demolición psíquica a través del nervio óptico
Atención a la biografía del interfecto facilitada en la última página del tebeo: “Víctor Dvunkel fue un mago y un poeta en el sentido arcaico del término. Nacido en Al-Mariya en los albores de la era Orwell, fundamentó una doctrina radical a través de múltiples disciplinas de la imagen, el sonido y la palabra; siempre trazando el límite, cuando no traspasándolo. […] A día de hoy sabemos con seguridad que su cuerpo yace inerte en el Raval de la ciudad de Barcnino-Nova, aunque ciertamente su espíritu se halle en paradero desconocido.” Los iniciados lo descubrimos hará cosa de dos o tres quinquenios como uno de los fundadores del sello discográfico y fanzinero Petit Comitë del Terror (el primer contacto con él que recuerda un servidor fue en la primera edición del Gutter Fest, cuando mi resacosa compañera de editorial, desde el estand vecino, le imploró que bajara la música que salía a toda castaña de su radiocasete). Bajo ese paraguas colectivo autoeditó “aberraciones de la bande dessinée” como Magical Mistery Trash, Psichonomicon o Inferno Chromaric Overdose, entre muchas otras. El gran público —LOL—, sin embargo, tuvo que esperar a que la editorial francesa Le Dernier Cri le publicase Extreme Massive Mindfvck Dvnkel War, la catalana Extinció Edicions hiciera lo propio L’Oracle o la mallorquina Autsaider Cómics lo fichase definitivamente con Phantastykon Satanás (2021), una compilación de trabajos que habían viso la luz aisladamente en distintas revistas sin escrúpulos de España, Alemania Francia e Inglaterra, en una edición limitada y numerada de —atención— 666 ejemplares.
Ah, se trata de un relato costumbrista que refleja el día a día de los vecinos y las vecinas del Raval, opinarán ustedes
Vale, pero ¿y Exosqueleto #1, su nuevo tebeo?, estarán deseando saber. Pues se trata de la primera entrega de una serie coleccionable, como esos tebeos pulposos de antes, y amenaza con su continuación. Empieza así: “El corazón de la ciudad en la noche es un sitio salvaje, alejado de la tranquilidad de los suburbios de la parte alta, a espaldas de los modernos rascacielos del distrito financiero… en el corazón de la ciudad no se te ha perdido nada… Absolutamente nada… Entre luces de neón y oscuros pasajes se entremezclan pandilleros, buscavidas, yonkis y criaturas de la noche… Y los temidos y subterráneos clanes… Que rigen y dominan el corazón de la ciudad cuando el sol se pone en la bahía.” Ah, se trata de un relato costumbrista que refleja el día a día de los vecinos y las vecinas del Raval, opinarán ustedes. Pues no lo especifica, pero quizá el personaje de Emotikiller, un psicópata aficionado a matar ninjas marcándolos a cuchillo con formas de emoticono, el detective gigante con cabeza de bebé que investiga el caso o U.S.B Negromancer, el tecno-mago que, por encargo del Tribunal Supremo, alimenta una criatura del submundo a través de Hi-Tech Mística y despojos humanos, sean un trasunto enfebrecido de los miedos populares (folk devils and moral panics, según la sociología inglesa) que antaño se proyectaron en la figura de Enriqueta Martí, la Vampira del Raval, y hoy lo hacen contra otras amenazas del barrio más imaginarias que reales (el único peligro chungo, chungo de verdad que acecha en el Raval, ya se sabe, es la especulación). O no. Quién sabe. Sólo me lo he hecho venir bien, porque lo cierto es que este cómic puede disfrutarse sin ningún tipo de mensaje, sin dobles lecturas, sin buscarle tres pies al gato. Puro entretenimiento y acción. O como dice Ata Laselle, el editor, “el tebeo por el tebeo = tebeo al cuadrado.” Los primeros pedidos vienen con un álbum de cromos (y con cormos), y adelantó Dvnkel en la presentación en Barcelona que tuvo lugar hace unas semanas en la librería Fatbottom —sita en corazón del barrio Chino— que preparan una serie de muñecos de los protagonistas. Todo material regalable para hacer que en 2025 el mundo sea un lugar mejor.