El grupo Viva Suecia cierra hoy en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona su gira del décimo aniversario, un tiempo que la banda murciana ha percibido como "un regalo" que les ha hecho la vida, según explica Jess Fabric, su bajista. Para Fabric, esta gira, que ha constatado de tres conciertos en Murcia, uno en Madrid y otro en Barcelona, es "una especie de capricho" que necesitaba hacerse Viva Suecia en su décimo aniversario. "Era una cosa perfecta y la gente lo ha tomado como eso, como un momento muy íntimo, como un regalo," explica el músico, para quién el público "está viviendo de alguna forma" las canciones y la historia de la banda tal como las imaginaron hace diez años, hasta el punto que cree que "el regalo" lo está recibiendo el grupo.
Sobre sus primeros años, el bajista recuerda que querían tocar porque era lo que realmente les gustaba hacer y lo que les hacía "desconectar" del día a día, "como el que va a jugar a pádel con un colega". De aquellos días del inicio de la banda, también queda en su memoria la primera vez en que escucharon al público cantar su repertorio entero: "Estábamos acostumbrados a que un grupito de diez personas cantara Los años o Bien por ti, pero en aquel concierto en Toledo en el 2016 todo el mundo cantó casi todo el concierto y fue como... vale, cómo hemos llegado hasta el punto que 100 personas estén cantando".
10 años que han pasado volante
Así, bolo a bolo, es como el grupo ha pasado de tocar en salas donde cabían 100 personas a llenar un pabellón con más de 15.000: "Cuando pasas de hacer una Riviera a plantearte hacer un Wizink, dices eso ya es una cosa muy seria, pero es que ya iba siendo muy seria de antes. Y si se hubiera quedado en el paso anterior, nosotros nos habríamos conformado y habríamos sido las personas más felices del mundo con eso". Viva Suecia, dicen, han ido paso a paso e intentando no pasar por encima de lo que eran los acontecimientos. "Siempre hemos intentado andar con pies de plomo en todo, pero a pesar de eso no hemos parado y han sido diez años que han pasado volando y en los cuales nos lo hemos pasado muy bien", añade el bajista. Sobre esta década de música, Fabric sostiene que "no es fácil verla con claridad", ya que "cuando ni siquiera te atreves a soñar alguna cosa y eso pasa, después pensar cómo ha pasado es muy difícil, lo ves como si fuera una nebulosa". Esta misma percepción de Viva Suecia es la que hace que el bajista considere que "eso no es un trabajo", sino que es "un regalo" que les ha hecho la vida.
Cuando ni siquiera te atreves a soñar alguna cosa y eso pasa, después pensar cómo ha pasado es muy difícil, lo ves como si fuera una nebulosa
Ahora, este "regalo" lo están devolviendo en forma de cinco conciertos en que entregan su parte más íntima, la más primigenia que hay de Viva Suecia. "Somos una banda que se desnuda fácilmente –admite el bajista– pero sí que hay una parte que la gente no conoce, la parte de sentarse a hacer una canción, que es esta parte de verdad, más íntima, más próxima, y que es la que mostramos en estos conciertos". Así, han escogido tres lugares especiales: su Murcia natal, porque no podían descartar su casa", y el Teatro Real de Madrid y, donde actúan esta noche, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, por una "cuestión logística". "Nos hubiera encantado hacer una gira por toda la península, incluso salir fuera con este formado, pero era imposible –comenta Fabric-, para nosotros era un capricho hacerlo, pero también una necesidad". Después de esta celebración de su décimo aniversario, para la cual Viva Suecia ha agotado todas las entradas, los murcianos volverán a los escenarios a partir de la primavera para iniciar su gira en formato habitual.