Seguro que alguna vez habéis oído una frase como esta: A la festa hi havia molta gent. I no parava d'arribar-ne més! I vinga gent! Aquí, la palabra vinga es un aumentativo. Pero... ¿cómo puede que el verbo venir (que indica un desplazamiento) acabe siendo usado como si fuera una palabra aumentativa?
Por de pronto, la palabra vinga acompaña a verbos en infinitivo para decir que esa acción se hace mucho. Por ejemplo, Després de dinar es van posar a discutir, i vinga discutir fins que es va fer de nit (que ya son ganas de discutir); No parava de ploure: i vinga ploure! (la segunda parte de esta frase viene a ser un aumentativo de la primera parte); Vam passar-nos la tarda explicant acudits, i vinga trencar-nos de riure! En este contexto, las autoridades normativas indican que, entre la palabra vinga y el infinitivo que va detrás, no debe haber ninguna partícula. Sin embargo, es muy habitual que la gente ponga una a en medio. Véase este fragmento de la escritora alcoyana Isabel-Clara Simó: Això meu s'acaba, però s'acaba del tot. I vostès vinga a queixar-se que el menjar fa gust de plàstic, i vinga a escriure sobre com és de bonic el camp... (Els ulls de Clídice, 1995). Los valencianos incluso usan la partícula de, como vemos en este otro ejemplo: A poquiu, a poquiu, trau els dos ous —només havia d'agafar-ne un— i se'n va corrents, corrents, corrents i vinga de caminar, vinga de caminar i vinga de buscar i, la caseta, no la trobava (Rafael Beltran Llavador, Rondalles populars valencianes, 2011).
También puede decirse con un nombre: Quan es va saber la mala notícia, vinga plors (o sea, alguien se puso a llorar con intensidad). Al mismo tiempo, la frase Vinga soroll! puede equivaler a la orden Feu soroll! En este otro contexto, normalmente se dice siempre en singular aunque luego el nombre esté en plural (vinga plors), pero no es extraño encontrarse la forma plural vinguen (Joan Janer i Vinyes, en el artículo "Balada migdial" publicado en la revista mensual Hora de España en 1938, escribía vinguen rialles!).
¿Y cómo se ha pasado de designar desplazamiento a un uso aumentativo?
El origen de este hecho se encuentra en el uso en imperativo del verbo venir. En efecto, si uno dice: Que vingui més gent! o Que vinguin més persones! está solicitando u ordenando que aumente la cantidad de gente que tiene que haber en un sitio. Como en catalán antiguo (y todavía hoy en las hablas valencianas) esto se decía con la terminación -a (y no -i) los hay que se exclamaban: Que vinga més gent! o Que vinguen més persones! Y eso hizo que vinga y vinguen terminaran teniendo un significado aumentativo.
Como ilustración de este tránsito, ved el Auca del senyor Esteve (1912), de Santiago Rusiñol, donde leemos: Desseguida'l van comprar. Vinguen papers i vinguen notaris, i firmem, i la clau, i prenguem possessió, i vinga'l mestre d'obres, i a tirar plans, i pareds amunt, cavallers! En este pasaje, la palabra vinga indica que se exige la presencia de una persona (el maestro de obras); antes, vinguen papers y vinguen notaris pueden interpretarse como eso pero también como que aparecía una gran cantidad de papeles para firmar. Y a partir de ahí ya lo tenemos: ¡venga a decir frases como esas!