Las lenguas evolucionan. La evolución afecta a todos los ámbitos, como la pronunciación (pueden perderse sonidos: véase el caso de V en catalán) o la flexión verbal (en catalán antes se decía que jo sàpia 'que yo sepa', que todavía puede oírse en el sur de Cataluña y en el País Valenciano; ha pasado a decirse que jo sàpiga; y ya hay gente que dice que jo sàpigui). Lógicamente, esto también afecta a los vocablos. Así, hay palabras que antaño se decían y ahora no, como el catalán jatsia 'a pesar de' (hoy se dice encara: Encara que plogui, demà anirem d'excursió 'aunque llueva, mañana vamos a ir de excursión).

Algunos nombres de lugar contienen palabras usuales, como vemos en los pueblos de Vilaplana o Vila-seca (ambos cerca de Tarragona). Sin embargo, puede ocurrir que, en el habla corriente, una palabra deje de decirse; pero los nombres de lugar siguen diciéndose sin modificaciones, por tanto con palabras ausentes en el habla corriente. Sería el caso del pueblo de Vilallonga del Camp (también cerca de Tarragona), donde se encuentra el adjetivo llong. Hoy en día se dice llarg 'largo' (El dia se m'ha fet llarg 'el día se me ha hecho largo'), no se dice llong (*El dia se m'ha fet llong). La palabra llong, pues, ha desaparecido (aunque ha dejado derivados, como llonguet, una pieza de pan, y llonganissa, un tipo de carne). Sin embargo, el nombre del pueblo sigue diciéndose con la palabra antigua, no se ha cambiado por la palabra moderna.

Sea como fuere, los nombres de lugar pueden contener palabras en desuso pero que se decían con naturalidad siglos atrás. Con llong tenemos otras muestras, como los pueblos de Vilallonga de Ter (Pirineo oriental), Campllong (cerca de Girona), Serrallonga (en la Cataluña francesa) y Fontllonga (un núcleo en las comarcas leridanas), además del edificio aislado denominado Solanllong (Gombrèn, Ripollès) En cuanto a los parajes, tenemos el estany Llong, el bosc del Pla Llong, el prat Llong (los tres en el Pirineo occidental), Cala Llonga (tres en las Baleares), el riachuelo llamado Valleta Llonga (cerca del río Ebro) o el polígono industrial de Camp Llong (Balaguer, en las comarcas leridanas).

Ejemplos por doquier

La lista de casos es lo bastante larga. Así, el antiguo adjetivo juïc 'judío' se encuentra en el pueblo Vilajuïga (cerca de Girona) y las montañas de Montjuïc (Barcelona y Girona). Cabe decir que algún autor ha propuesto la etimología 'de Júpiter' para juïc, pero por lo general se asume que significa 'judío'.

Otro caso sería el nombre femenino plural tenes 'tiendas', ausente en el habla contemporánea pero que aparece en la población de Calldetenes (cerca de Vic, al norte de Barcelona), seguramente con el significado de 'barrio de tiendas'. Otro ejemplo muy bonito es el nombre antiguo pera 'piedra', presente en las poblaciones de Perafort (cerca de Tarragona), Peratallada (cerca de Girona) y Perafita (Cataluña central; también es una montaña de Andorra), y su variante peira, presente en poblaciones de Sopeira (Ribagorza, en la franja catalanohablante de Aragón) 'bajo la piedra' y la vecina Sapeira (Pirineo occidental) 'la piedra'. A pesar de que pera y peira desaparecieron, en los nombres de lugar siguen diciéndose, no fueron cambiados por pedra (forma actual en catalán). En el siguiente artículo veremos más casos.