La Mercè 2021 se ha convertido en una fecha histórica para los grupos castellers de Barcelona. El martes 10 de marzo de 2020 se detenían los ensayos, el domingo anterior, 8M, es el último día que alzaron castillos. Más de un año y medio después, hoy, las grallas han vuelto a sonar mientras se alzaban los pilars de cuatro de los Castellers de Barcelona, los Castellers de la Villa de Gracia, a los Castellers de Sants, los Castellers de la Sagrada Familia, los Castellers del Poble Sec la Colla Jove de Barcelona, los Castellers de Sarrià y la Colla Castellera de l'Esquerra Eixample.
Con mascarilla, pauta completa de la vacuna y tests de antígenos para la canalla, los grupos pueden actuar y ensayar en grupos de 160 desde hace un poco más de una semana. Así lo dice el nuevo protocolo del Procicat, que ha superado los grupos burbuja de 25 personas que había hasta ahora.
Antes de empezar, en una esquina del Paseo de Gracia, los abrazos y las caras de alegría eran la imagen más repetida. "¡Cómo has crecido"! "Qué ilusión verte", "¿Cómo te va todo?", hay personas que no se veían desde hacía muchos meses. Una de las enxanetas de los Castellers de Barcelona explicaba la ilusión que le hace la vuelta: "tengo muchas ganas de sentir la emoción de estar allí arriba". Y mientras un grupo de personas revisaba y apuntaba el pasaporte Covid como nueva rutina, en un rincón los responsables de la canalla hacían los tests de antígenos.
"Doy tres vueltas en un agujero y paso en el otro, es un momento", el resto de los niños y niñas miraban con un poco de recelo como ponían el palito en la nariz a la primera castellera. Finalmente, con todos los tests negativos y los pasaportes revisados, los grupos ha entrado dentro el cercado de Cultrua Popular de la Mercè.
Las restricciones de público han llevado la cultura popular a tener un espacio cerrado al Paseo de Gracia, sacando los castillos de la plaza de Sant Jaume. Los grupos barceloneses se han repartido por la zona y han empezado a montar la piña. Con los segundos arriba, los tercios han puesto el primer pie en la faja y las grajillas|chirimías han empezado a sonar. Las camisas eran de todos los colores, pero la sensación era unánime: la alegría de volver. Las sonrisas se veían detrás de las mascarillas, Barcelona volvía a vivir los castillos un año y medio después.
Los grupos han seguido alzando pilares de cuatro -uno de los cuales ha caído- mientras el público miraba y aplaudía con la misma emoción de siempre, esperando poder ver castillos mayores de aquí poco. Aunque el protocolo lo permitía, los grupos no han tenido tiempo para ensayar con seguridad estructuras de más pisos. Al acabar, un Toc de Vermut de las grallas y timbales de todos los grupos de Barcelona han cerrado esta 'festividad' castellera de La Mercè en el paseo de Gracia, una festividad que será inolvidable por todo lo que significa. Ahora sí, vuelven los castillos.