Xavier Theros ganó el premio Josep Pla, uno de los más prestigiosos de la lengua catalana, con su novela La fada negra. Este miércoles esta obra llega a las librerías. Es la primera incursión en el mundo de la narrativa de un escritor ya muy conocido como ensayista, como cronista de la ciudad, y como poeta. Como ensayista ha publicado obras como Burla, escarnio y otras diversiones, o La sisena flota a Barcelona. Como cronista ha ofrecido magníficos textos periodísticos, y obras como Tots els meus carrers. Y como poeta es conocido por sus actuaciones con Rafael Metlikovez, con el grupo Accidents Polipoètics, con textos emblemáticos como Van a por nosotros. Nos encontramos ante Les Set Portes, en el Pla de Palau, uno de los escenarios de su novela. El principio de la entrevista se hará recorriendo algunos de los lugares donde se desarrolla la trama de La fada negra, un texto en el que Xavier Theros combina su fascinación por Barcelona con su conocimiento de la historia.
¿Porque quedar en el Pla de Palau?
Me ha hecho gracia quedar ante de la Llotja. Aquí, antiguamente, ejecutaban a los banqueros que iban a la quiebra. Si no podían pagar los préstamos, respondían con sus bienes personales, y si sus bienes no alcanzaban, pues los ejecutaban... Ahora los tiempos han cambiado mucho. Pero, además, en esta zona hay alguno de los escenarios claves de la revuelta de la Jamancia, el momento histórico en que se desarrolla La fada negra.
¿Cómo es que situó la novela en 1843?
Es un momento histórico muy interesante. 1843 fue un año extremadamente difícil. En junio, Prim, desde Reus, dio un golpe de estado contra Espartero, un liberal radical. Finalmente llegaron los moderados al poder y Espartero se vio obligado a huir a Inglaterra. Quien tomó el poder fue un militar de derechas, Narváez. Y esto los republicanos catalanes lo interpretaron como una traición. Para calmar la situación, en agosto de 1843 el gobierno envió a Prim a Barcelona como gobernador militar, y en vez de pacificarla, hizo que estallase la revuelta de la Jamancia. El himno de los rebeldes, "La paella", incluye un verso que dice "Freiremos a los moderados y colgaremos a Prim".
Prim es quien inició el bombardeo de la ciudad, el 3 de septiembre
¿Prim, pues, no jugó un papel moderador?
Prim es quien inició el bombardeo de la ciudad, el 3 de septiembre, y el bombardeo duró hasta el 20 de noviembre. Se ha hablado muy poco de este episodio, pero cayeron miles de bombas sobre Barcelona. Fue más grave todavía que el de 1842.
En Catalunya no queda mucho recuerdo de la Jamancia...
Es curioso, porque se trata de un episodio que nadie ha querido reivindicar. En ella participaron algunos catalanes destacados, como Narcís Monturiol, Abdó Terrades o Josep Anselm Clavé, pero en sus biografías se resalta muy poco este hecho. Parece que se escondan. Al catalanismo nunca le interesó declararse heredero de la Jamancia, porque fue una revuelta de pobres. Al marxismo tampoco le interesó, porque la revuelta fue anterior al surgimiento del marxismo como tal. Lo que es extraño es que los anarquistas no la reclamaran, porque los rebeldes iban con banderas rojas y negras, ocuparon las iglesias, cometieron actos sacrílegos... En algunas cosas se comportaron como anarquistas.
Barcelona era una ciudad donde debía ser difícil vivir
¿Cómo era la Barcelona donde transcurre La fada negra?
Era una Barcelona todavía amurallada. Había mucha presión demográfica. Y, además, ya había empezado la revolución industrial, especialmente en el Raval. Era un lugaro infecto, donde las industrias lanzaban su porquería a la calle: las calles que estaban pegadas a la muralla estaban llenas de basura, estiércol, muebles viejos, escombros... No es extraño que fuera la época de los higienistas, como Pere Mata o Marià Cubí, que querían cambiarlo todo. Barcelona era una ciudad donde debía ser difícil vivir.
La Barcelona de la época era como uno de los escenarios de las novelas de Dickens. Pero Dickens decía cosas que en Barcelona no se podían decir
¿Era tan grave?
Después de la guerra carlista, Barcelona estaba llena de viudas y huérfanos que no tenían nada para sobrevivir. Había niños huérfanos que iban a las escuelas de ladrones, donde les enseñaban a robar. La Barcelona de la época era como uno de los escenarios de las novelas de Dickens. Pero Dickens decía cosas que en Barcelona no se podían decir.
¿Cómo se documentó sobre este periodo?
Había muy poca cosa publicada sobre la Jamancia, y este era jutamente uno de los elementos que más me atraía del tema, lo desconocido que era. He tenido que hacer un trabajo de vaciado de hemeroteca, consultando mucha prensa, especialmente el diario El Constitucional, que me ha ayudado a saber cómo pensaban los revolucionarios. Y hay media docena de dietarios de la época que explican día a día qué pasaba. Paradójicamente, autores de posturas políticas muy diferentes explican cosas muy parecidas sobre los hechos, y eso me ha ayudado mucho.
¿Hay paralelismos entre la Barcelona de 1843 y la actual?
Para el Estado, Barcelona sigue siendo una ciudad rebelde. En eso, las cosas no han cambiado. Por otra parte, como en 1843, en la Barcelona de ahora los principales problemas llegan por el puerto. En aquella época el problema venía del control de las mercancías que llegaban por el puerto, y ahora son los cruceros y las oleadas de turistas que desembarcan en los muelles. Por otra parte, en 1843 la ciudad quedó en manos de la Junta de Barcelona, un gobierno de izquierdas, mientras los que tradicionalmente gobernaban Barcelona se marcharon hacia Gracia o hacia Sarrià. Quizás en eso la Barcelona de 1843 también era similar a la actual.
¿La fada negra es una novela histórica?
Tiene elementos de novela histórica, pero también de novela negra y de novela gótica. Pero no pretende ser una novela histórica como tal.
¿Cuál es el argumento?
Es la historia de un capitán de marina que durante la Jamancia, cuando estalla la revolución, es nombrado jefe de la policía en la zona del Poble Sec. A él, que no tiene ninguna experiencia en el tema, le tocará investigar la muerte de un niño, hijo de un empresario de la calle Ample que tiene negocios sucios, de contrabando.
En aquella época en Barcelona el opio se consumía de forma habitual.
¿De dónde viene el título?
La fada negra hace referencia al opio: el primer crimen de la novela tiene lugar en un fumadero de opio, en el Morrot, dirigido por una pareja de filipinos. A fumar opio, en Filipinas, le llamaban "montar el hada negra" o "cabalgar el dragón". En aquella época en Barcelona el opio se consumía de forma habitual. Entraban grandes cantidades por el puerto. El láudano (hecho con opio con alcohol) lo vendían como analgésico y se usaba para el dolor de estómago y para los dolores menstruales.
En esta novela refleja el interés que ya había mostrado por la historia de Barcelona en sus ensayos. ¿Su trabajo como ensayista le ha marcado a la hora de escribir la novela?
¡Obviamente! Dedicarme a la novela después de trabajar tanto el ensayo y la crónica periodística era un paso natural. Durante mucho tiempo he estado hablando de Barcelona y he trabajado historias con un fuerte potencial literario, pero hasta ahora me había visto obligado a ceñirme a la realidad. Quería, ahora, escribir alguna cosa que me permitiera desvincularme de los hechos, hacer volar la imaginación. Y esta novela ha sido el resultado de este proceso.
¿Cuáles han sido las influencias literarias a la hora de escribir a La fada negra?
He recuperado a algunos narradores que me han ayudado a ver cómo se organiza una novela, especialmente Dickens, y el Víctor Hugo de Los miserables. Y otro elemento clave para escribir sobre este periodo ha sido Joan Amades y sus Històries i llegendes. Amadas me ha ayudado a entender cómo era el ambiente de la época, como funcionaban los rumores... En realidad, muchas de las cosas que pasaban a mediados del siglo XIX no salían a los diarios, porque los diarios sólo hablaban de economía y de política. Para mucha gente la principal fuente de información eran los rumores.
La mejor forma de aprender a escribir una novela es escribiendo una novela.
¿Le ha resultado fácil cambiar de género?
Para mí la novela es mucho más difícil que el ensayo, quizás porque en este género ya llevaba muchos años de experiencia. Me costó entender los mecanismos de hacer una narración: en la primera versión estaba fascinado por la Jamancia, pero más adelante entendí que la historia de Barcelona sólo era un escenario, y que lo más importante era que los personajes fueran interesantes, que la gente se enganchara. En realidad, la mejor forma de aprender a escribir una novela es escribiendo una novela. Aprendes mucho de todas las veces que te equivocas. Este libro lo empecé a escribir en 2011 y he hecho 10 o 12 versiones muy diferentes... No se parece en nada al primer borrador que hice: por fortuna no lo publiqué entonces.
¿Ha abandonado la poesía? ¿Tiene previsto continuar con la novela?
Sigo en activo con la poesía con Accidents Polipoètics, a pesar de que últimamente esta,ps prácticamente sin actuaciones. Desde 2004 me dedico a hacer de cronista de la ciudad, y es una cosa que me gusta mucho. Pero no renuncio a seguir escribiendo novelas. En realidad, supongo que lo más difícil es escribir la primera. Espero que ahora todo sea más fácil.