Cesc Valverde —más conocido como en Xicu— hace años que está presente en el panorama musical catalán, tanto por su carrera individual como por la que ha hecho acompañado de la mano de su batería en formaciones como Ginestà. Este inicio de curso ha publicado su nuevo disco, Sacrificis y defiende firmemente que es un álbum positivo. Echa de menos músicos en el panorama que hagan letras a conciencia y que dejen de seguir una "estética vacía" llena de clichés. Por lo que dice, en este nuevo disco "lo importante y primordial durante todo el proceso han sido las letras", y lo cierto es que podemos encontrar algunas de bastante crudas, pero con un trasfondo positivo y esperanzador. Diez canciones hablando de las sensaciones cuando recibes una mala noticia, o incluso del abuso infantil, inspirado en la película El bola. Diez temas que ayudan a acabar de consolidar su sonoridad y con varias colaboraciones con cantantes actuales de la industria: Triquell, Socunbohemio, Ven'nus, Maria Hein y Souto.
¿En qué punto de tu carrera artística te encuentras?
Pues ahora mismo me encuentro en un muy buen punto. Creo que, más que reinventado, me he reafirmado a mí mismo. Este álbum me ha ayudado mucho a querer y a creer más en lo que suena dentro de mi cabeza, así como a consolidar un poco más mi sonoridad y mis ideas.
¿De dónde surgió la necesidad de hablar y hacer todo un disco sobre la idea del sacrificio? ¿Es tu manera de vaciar?
Pues la palabra 'sacrificios' me rondaba por la cabeza antes de tener ninguna canción. No ha sido nada muy premeditado ni estudiado a fondo, simplemente sentía que tenía cosas de las que hablar y que encajaban todas dentro del mismo concepto. Soy defensor del dolor y de sentir cosas fuertes y de utilizar la música (o el arte en general) como canal para expresar todo lo que siento y tengo dentro.
Das una vertiente positiva al resultado del sacrificio, ¿es a partir de experiencias personales que lo consideras así?
Para mí Sacrificis es un disco positivo. El hecho de hablar de lo que hablo y de haberlo publicado ha hecho que de alguna manera se pueda "divinizar". De los sacrificios obtenemos recompensas y para mí publicar esta recopilación de ideas y canciones ha sido un trabajo intenso pero con un balance y resultado muy positivos.
Este álbum me ha ayudado mucho a querer y a creer más en lo que suena dentro de mi cabeza
En Gràcies al sacrifici encontramos este punto de superación o luz: "la mà apuntant al cel vaig cap allà". Háblame de la canción y del porqué de acabar el disco con esta.
Es de las primeras canciones del álbum que escribí. Considero que este disco se tenía que cerrar celebrando y esta canción para mí es eso: una celebración de quien soy y de dónde estoy ahora gracias a la música.
De hecho, las últimas palabras que dices son: "Sacrificios / Música". ¿Es el ámbito donde has oído que has tenido que hacer más sacrificios?
Sí, sin duda.
¿Echas de menos artistas que hagan letras crudas dentro del panorama?
Sí, creo que el tema de las letras es una cosa que poca gente se para de verdad a pensar en qué quiere decir y qué quiere transmitir a su público. Simplemente, siguen una estética vacía donde no se habla de nada más que de vacaciones (casi siempre en la Costa Brava), cerveza, fiesta, y cuatro clichés que podrían sonar nostálgicos o interesantes, pero que considero que ya están más que quemados. No criticaré nunca el hecho de hablar sobre cosas banales o menos intensas, no tengo nada en contra y consumo mucha música donde lo fuerte no está en las letras. Eso sí, que se haga con swag y buen gusto, que creo que es lo que más falta en esta escena.
Has hecho cinco colaboraciones. ¿Cómo surgieron?
Tengo la suerte de compartir amistad con todos ellos, a la vez que admiro mucho su sonido y sus proyectos. Las canciones me pedían sus voces y fue muy fácil y muy bonito trabajar con cada una de ellas.
¿Qué referentes musicales tienes?
A escala internacional, Kanye West, Frank Ocean, Playboi Carti o Ken Carson. A escala nacional, Rusowsky también me ha inspirado mucho.
¿Con qué te has inspirado por|para la parte estética del disco?
Pues quería que fuera una estética más cruda, más rara y más oscura. Me ha ayudado mucho Cesc Hernández, que ha llevado la dirección creativa de las portadas de los singles y la estética en general del disco y ha filtrado muy bien todo lo que le proponía. La portada del disco la hizo un diseñador que admiro desde hace años, Growth.