A las siete y media de la noche, Zadie Smith y Míriam Cano subían al escenario de la plaza Joan Coromines. Durante casi una hora han hablado de la última novela de la aclamada escritora británica, The Fraud. Traducida al castellano por Salamandra, con el título de La impostura. Se publicará en catalán el próximo año, gracias a una traducción de Marta Pera, en el editorial Jande: un proyecto singular que ha necesitado la ayuda de mecenas para publicar voces racializadas de alta calidad literaria. Antes, sin embargo, Zadie Smith ha ofrecido una rueda de prensa en el Mirador del CCCB. Ha aterrizado este mismo mediodía de miércoles, y le espera una agenda sin traba. En la sala de prensa solo estamos tres periodistas, técnicos y compañeros del CCCB. El resto están en Sudamérica y se conectan a distancia. Por lo tanto, podemos decir que Zadie Smith dirigía sus declaraciones a la ciudad Barcelona. (Para quien no lo sepa, la sala Mirador tiene unas increíbles vistas para los ponentes de todo el gótico y el mar.)
Celebrando las contradicciones
The Fraud es una novela escrita a partir de pequeños capítulos: "como Middlemarch de George Eliot", sentencia la autora, que ha hecho un prólogo para una de las ediciones de bolsillo, y que acaba de traducir al catalán Bernat Metge Universal. La novela se instaura en la Inglaterra victoriana, sin embargo, revisitada desde el presente: "Es una construcción artificiosa, por eso el lenguaje no imita un inglés de 1800". Eliza Touchet es la protagonista, sirvienta del escritor en decadencia Willam Ainsworth. Parece que todo el mundo que lee la novela se enamora de Eliza. Smith intenta quitarle hierro: "Quizás sí que es uno de los personajes más bonitos y redondos que he escrito, pero también lo son los otros". En todo caso, Zadie Smith es contundente con sus sentencias, es abstracta y profunda en cualquier reflexión. "He escrito un libro para hablar de la historia en un sentido amplio, y para no reducirla a la idea de que nuestro presente es siempre mejor a consecuencia del progreso". También nos dice que el libro habla de su Gran Bretaña, la de los años setenta y ochenta, y Jamaica (su madre era jamaicana). Aunque dialoga poco con la literatura esclavista jamaicana, básicamente, porque hay muy poca; la literatura inglesa está muy presente. De hecho, Míriam Cano le dice: "En esta novela matas a Charles Dickens, pero veo que siempre vuelve, ¿no puedes deshacerte de él?".
He escrito un libro para hablar de la historia en un sentido amplio, y para no reducirla a la idea de que nuestro presente es siempre mejor a consecuencia del progreso
Durante la charla, Smith se detiene y dice, con voz vacilante: "Lo que quiero saber es cómo pasaron las cosas". También dice otra, que no hemos sabido traducido con el Refranyer català: "Don't let the perfect be the enemy of the good". Con Míriam Cano, y antes en la rueda de prensa, habla de todo: de las pesadillas de los personajes, de la similitud entre la función social de la novela victoriana y la suya (las dos crean intimidad al lector), de convertir la palabra en acción y reducir nuestras vidas a las acciones determinantes de nuestra capa social, etc. Celebrar las contradicciones y no tener miedo de las contradicciones. También critica haber vivido quince años en América, y celebra haber tenido escolarización gratuita y sanidad pública. Entre todas las reflexiones, insiste en que el libro que ha escrito pone el acento en las capas de la sociedad, en la distancia entre los más ricos y los más pobres: "Leyendo a Thomas Piketty me sorprendí de que las desigualdades del presente son comparables a las del siglo XIX".
Zadie Smith sabe que la escritura es lenta, y realza la idea de sacrificio: "Mi sacrificio es uno: yo tengo dos criaturas y una novela en la cabeza. Me ha sido muy difícil escribirla". También cita a Sally Rooney, con quien|quién dice mantener una muy buena amistad: "Rooney, por convicciones medioambientales no coge aviones, yo cojo muchos aviones: tenemos un sacrificio diferente, claramente. Pero me he negado a consumir ninguna botella de plástico. Mi acción es esta". La jornada es bonita. Los asistentes mayoritariamente hablan inglés, y la han leído, o la siguen. También hay alumnos de escuelas que anotan atentamente muchas cosas que ha dicho, pero que la persona que hace la traducción no acaba de entender.
Mi sacrificio es uno: yo tengo dos criaturas y la novela en el cap. Me ha sido muy difícil escribirla
La Biennal es al aire libre y hoy hace mucho de viento. Al acabar, vuelve a aparecer el teaser en el cual vemos a los invitados de este año, con fotografías de alta calidad y con el fondo desenfocado: Herta Müller parece que nos enseñe la nueva colección de otoño de Zara y Wajdi Mouawad parece que me diga al oído "penétrame". Esto es la Biennal. Sin embargo, Zadie, el próximo año, cuando las compañeras de Jande te publiquen en catalán, no tendremos todos de periodistas de otros países enviándonos mensajes por Youtube. Tampoco tendremos un escenario al aire libre, ni hará falta que vengas dos días a hacer entrevistas. Pero nosotros aprovecharemos para leerte, cuando te traduzcan al catalán. Y será fantástico si también estás tú. Te esperamos el próximo año, Zadie.