Zetak es el proyecto musical en euskera de Pello Reparaz, aventura que, partiendo de la electrónica, destaca por una identidad sonora en constante construcción y evolución. Con un movimiento que nadie esperaba, el artista de Arbizu amplia ahora su discografía con una versión de Pa amb Oli i Sal de Blaumut, relectura de un clásico contemporáneo del pop catalán en el que ha estado acompañado de la cantante barcelonesa Suu. Un gesto, que ha sido recibido por su seguidores catalanes con los brazos abiertos, que ha querido dedicar al país. Pello se presenta en la entrevista acompañado de una chuleta. Son frases y ocurrencias en catalán que deja ir aquí y ahí cuando la charla da pie a ello. "Estamos haciendo el 90% de la comunicación de este lanzamiento en catalán y está siendo una locura la cantidad de comentarios en catalán que estamos recibiendo. Creo que es maravilloso y que le da sentido: 'Estic molt content'".

¿Cuáles son tus raíces?
Vivo en Arbizu, al norte de Navarra, un pueblo pequeño de 1000 habitantes que forma parte de la zona vascófona de Navarra. Por eso hablo euskera desde chiquitín. Arbizu es una parte muy importante de Zetak. Gran parte de la esencia del proyecto bebe de lo que sucede en ese pueblo, y creo que es algo muy bonito.

¿El euskera siempre ha estado vivo en la zona en la que naciste?
Sí, hay ciertas cosas que no podemos agradecer a la iglesia, pero esta sí. El cura de Arbizu, en su día, por mucho que estuviera prohibido, decidió seguir dando la misa en euskera. Eso ayudó a que la lengua persistiera. Hay que estar siempre atentos, el euskera actualmente está en riesgo: el contexto o la digitalización han hecho que la gente joven beba de otros mundos, pero se sigue hablando euskera. La gran mayoría de los habitantes del pueblo lo hablan y lo seguimos preservando.

¿Sientes responsabilidad como artista de mantener el idioma vivo?
Siento responsabilidad como arbizuarra, como vasco de Navarra, de preservar la lengua. Como artista me gusta quitarme la losa de tener que atender a ciertos aspectos de la militancia personal. No me gusta que los artistas sintamos ningún tipo de presión. Pero es parte de mi esencia. Cantar en euskera, un idioma minoritario que entienden unas 700.000 mil personas, es una decisión prácticamente política.

Cantar en euskera, un idioma minoritario que entienden unas 700.000 mil personas, es una decisión prácticamente política

Zetak, el cantante arbizuarra ha sacado la versión de Pa amb Oli i Sal de Blaumut / Foto: Montse Giralt

Durante años, aquí, a los artistas catalanes se les preguntaba por què cantaven en catalán ¿Cantar en euskera es algo normalizado en Euskal Herria?
La televisión pública vasca me hizo la sugerencia de que cantara en inglés y ahí sí que sentí que tenemos un problema si en nuestro país, en la televisión pública estamos animando a un artista para que deje de cantar en nuestro idioma. Vi que estaba latente lo que dices.

Te conocimos con Vendetta, músicalmente, un proyecto mucho más clásico. ¿Cómo te metiste en la electrónica? 
Me fui a vivir a Londres y la ciudad me cambió totalmente. Fue como pillar perspectiva sobre mi vida y el lugar en el que había nacido. Todo cambió en mi mente. Dimos fin a Vendetta, mi anterior proyecto durante 11 años, y me enfrenté a un papel en blanco. Cuando creamos Vendetta yo tenía 17 años. 10 años más tarde, había cambiado. Escuchaba música muy diferente. Muchas cosas de drum and bass, Stromae,  Major Lazer... Quería salir de mi zona de confort.

¿Has encontrado en la electrónica el lenguaje que te permite experimentar, explorar, no cerrarte puertas? 
Sí, sin duda. Mi proceso creativo es muy solitario, hago las programaciones, la composición, la producción. Yo creo que la electrónica me está dando muchísimo juego para hacer un poco lo que me dé la gana. Lo que pasa que es peligroso, porque la electrónica es como un arma de doble filo: te da tanto juego que es muy fácil irte por las ramas, y para mí es muy importante la identidad sonora de un proyecto. Y esto lo trabajo y lo cuido mucho. Creo que es mi gran objetivo como productor y como arreglista. Hubo un momento en el que Zetak podría haberse perdido por no tener una identidad sonora muy clara. Me hubiera jodido mucho.

La electrónica es como un arma de doble filo: te da tanto juego que es muy fácil irte por las ramas, y para mí es muy importante la identidad sonora de un proyecto

 ¿Cómo ha sido la evolución del proyecto? 
Zetak ha ido cambiando muchísimo, ha sido una auténtica locura. Arrancó en un contexto de experimentación bastante abierto. Y ya de salida agotamos todas las entradas de nuestros primeros conciertos. Hicimos cinco, el quinto de ellos en París, y la siguiente semana llegó la pandemia.

¡No!
Teníamos unos 80 conciertos cerrados y por la pandemia caímos al agujero. Optamos porque el bajón fuera muy corto y empecé a componer Zeinen Ederra Izango Den, una canción que dice algo así como: “qué bello será ese momento cuando todo esto pase”. Es un tema con muchísima luz en comparación con el primer disco de Zetak. Y esto dio lugar a un nuevo disco conceptual sobre lo que la pandemia nos había hecho pensar, y después anuncié un festival. Se vendieron 10.000 entradas. Todo esto cambió un poco los derroteros en los que estaba planteado Zetak: de un disco superoscuro a un disco superpositivo. Ha sido muy caótico. Ahora echamos el cierre a esta era para empezar otra.

Zetak, electrónica euskaldun de la oscuridas a la luz / Foto: Montse Giralt

¿Cómo será?
Hemos trabajado conceptualmente, visualmente, la nueva identidad sonora… Yo soy una persona muy escéptica, me gusta poner un poco en duda todo y por ahí van los tiros. Creo que tenemos ciertas ideas a las que nos aferramos casi desde la militancia y no ponemos en duda, hasta la propia tradición no deja de ser un constructo cultural y social. Quiero enfatizar el tema de la identidad sonora vasca tradicional de Zetak junto con la electrónica; llevar la idea al extremo. 

Quiero enfatizar el tema de la identidad sonora vasca tradicional de Zetak junto con la electrónica; llevar la idea al extremo

Un poco como lo que hacen Crystal Fighters con txalapartas, ¿no?
Crystal Fighters son un referente y la txalaparta es un elemento que llevamos trabajando desde el principio, pero en este caso Zetak busca crear una nueva sonoridad, una nueva identidad, un nuevo concepto superescéptico que juegue sin ningún complejo con todo lo que consideramos tan nuestro, tan tradicional, tan intocable.

Todo es susceptible de revisión.
Sí, porque creo que la tradición se ha creado a través de un criterio de nuestros antepasados, quienes decidieron lo que querían preservar, y unas cosas se han perdido y otras prevalecen. ¿Por qué debemos respetar ese criterio? Yo creo que es interesante y necesario ponerlo en duda, algo habremos aprendido también en 100 o 500 años. 

Has colaborado con artistas catalanes como Oques Grasses. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Oques Grasses me gusta mucho y Josep me parece increíble como melodista. Le llamé, le pasé el tema e hicimos Hitzeman. Luego me confesó que nunca coge el teléfono, pero justo en el momento en que le llamé, estaba esperando un paquete. Estoy muy contento de cómo ha acabado yendo. Seguramente es el motivo por el que este año estemos tocando bastante por Catalunya. Y seguramente de esto deriva la versión de Pa amb Oli i Sal de Blaumut junto con Suu.  

¿Cómo descubriste Pa amb oli i sal?
Pa amb Oli i Sal de Blaumut me acompaña desde hace ya unos 8 años. No sé dónde la conocí y me parece una canción maravillosa. Ha sido algo muy natural y visceral hacer la versión. Este año haremos unos 15 conciertos por aquí y quería preparar una versión de un tema catalán para tocarla directo cuando estemos en Catalunya. Quería llevar esa canción al sonido de Zetak y me gustó porque me parece que encontré algo que aportaba un arreglo nuevo, una sonoridad diferente para la canción, que tuviera sentido con las dos intenciones creativas; la de la canción en sí y la de Zetak, que era un gesto a un país, a un idioma que nos ha acogido.

Quería llevar el Pa amb oli i sal al sonido de Zetak

Zetak ha versionado el Pa amb oli i sal de Blaumut / Foto: Montse Giralt

¿Por qué elegiste a Suu para acompañarte en la versión?
Ha sido maravilloso y muy fácil trabajar con la Suu, aunque no responde a los WhatsApp, no hace ni caso... Pero yo soy igual y hemos congeniado. Tiene una voz que encaja y se empasta con la mía y a la canción en sí.  A nivel de personalidad también me parece que es una persona interesante. Fue muy natural y enriquecedor el hecho de colaborar con artista que no conoces bien cuál es el contexto de su proyecto, solo lo que a mí me llega de ella y su arte.

¿Te ha sorprendido la acogida que ha tenido la versión en Catalunya?
A mí sí. La intención era que los catalanes se enteraran… Y se han enterado. Estamos haciendo el 90% de la comunicación en catalán y está siendo una locura la cantidad de comentarios en catalán que estamos recibiendo. Creo que es maravilloso y que le da sentido: “Estic molt content”.

¿Se va a quedar la canción así? ¿Has pensado hacerla también en euskera?
La canción es un gesto de Zetak, un proyecto navarro y vasco a la lengua y al país. La versión de Pa amb Oli i Sal hubiera sido un temazo en euskera, de eso no me cabe la menor duda. Pero es una canción catalana y, al menos por parte de Zetak, creo que se va a quedar en catalán. 

¿Cómo sería pa amb oli i sal en euskera?
Ogia olio eta gatzarekin, un poquito diferente.

¿Cómo es el hecho de cantar en un idioma que no es el propio? 
Con respeto, quería que se notara que es un gesto de respeto hacia el país, hacia la lengua y con un poco de miedo, ya que no quería prostituir la lengua. Por eso mandé las primeras gravaciones a amigos y familiares catalanes para asegurarme. Le dediqué horas, trabajé y escuché mucho la canción. 

Quería que se notara que es un gesto de respeto hacia el país, hacia la lengua y con un poco de miedo, ya que no quería prostituir la lengua

Progrese adecuadamente, ¿no?
Eso es, la idea no era ir por un sobresaliente, había que pillar el punto de que se notara que no soy catalán sin hacer el ridículo o prostituir la lengua.

Foto: Montse Giralt

Has hecho diversas colaboraciones, ¿Qué obtienes currando con otros artistas?
Muchas veces ansiedad, es complicado a veces trabajar en la distancia, tienes que entender muy bien el otro proyecto, el tuyo y buscar cuál puede ser el punto de unión.

¿Ejercicios de confianza, no?
Sí, eso es. Tienes que ceder tú algo y que el otro artista ceda algo. Las colaboraciones hasta el momento han sido iniciativa de Zetak: Bomba Estéreo, Oques Grasses, Erramun Maerikorena, Suu… Esto es una responsabilidad en intentar que el artista se sienta cómodo, pero luego la realidad es una auténtica maravilla y muy enriquecedor ver cómo trabaja otra gente. 

En Euskal Herria siempre habéis sido innovadores a la hora de traer sonidos contemporáneos y llevarlos a vuestro idioma mucho a partir de la figura de Fermín Muguruza.
Sí, para mí Fermín Muguruza es un referente, soy muy fan de Kortatu y Negu Gorriak. Me parece una persona extremadamente inquieta y que nos ha aportado e influenciado muchísimo, estaba mirando hacia fuera y nos traía ciertas cosas que en Euskal Herria no existían. Evidentemente, no me puedo comparar con él, pero sí que quizás me ha contagiado un poco ese afán de hacer cosas que todavía no se están haciendo o al menos en esa forma.

Berri Txarrak han sido influencia también 
Zetak está más influenciado por Berri Txarrak que por cualquiera de los proyectos de Fermín. A nivel melódico y lírico Gorka me ha influenciado una barbaridad. Zetak está influenciado desde Fermín hasta Stromae pasando por Berri Txarrak…  Estos últimos han roto fronteras también.

Zetak está influenciado desde Fermín hasta Stromae pasando por Berri Txarrak

Ahora que dices esto de romper fronteras, y una cosa que me ha llamado la atención de los grupos de Euskadi en comparación de los de aquí. Aquí una vez se les acaba el territorio, siempre hay como la visión de querer triunfar en Madrid, no? En cambio, vosotros siempre habéis tenido una visión más internacionalista de vuestro mercado. 
Para mí ir a México, Colombia, Nueva York con Zetak ha hecho que el proyecto cambie mucho y se alimente una barbaridad. La realidad es que Zetak no existiría si no hubiera ido a Londres. Y es un hecho que vendemos muchísimas más entradas en Madrid que las que vendió en Colombia en su día, pero creo que salir y tocar en diferentes países, diferentes lugares ya de una perspectiva mucho más internacional, nos aporta muchísimo y los casos de Fermín, Berri Txarrak…

Zetak, de Euskal Herria al mundo, pasando por Catalunya / Foto: Montse Giralt

¿Cuál es para ti la mejor versión que ha hecho un artista catalán de un tema en Euskera?
Creo que hay versiones de Ilargia de Ken Zazpi en catalán. Hay cosas y creo que pueda haber una nueva también. Hay artistas catalanes que se escuchan muchísimo en Euskal Herria, más que al revés.

Actualmente... Porque históricamente…
Esto os iba a decir, creo que ha habido un trasvase aquí. Había muchos proyectos vascos que aquí han girado una barbaridad y han tenido una acogida importante; Kortatu, Skalariak, Berri Txarrak… Y luego como que ha habido un cambio con artistas catalanes que han tenido mucha influencia allá: Bongo Botrako, La Pegatina y más actualmente Txarango, Oques Grasses o Buhos se escuchan mucho.