Se hace difícil no pensar en Zoo sin repiquetear curiosamente con el pie en el suelo, mover la cabeza a ambos lados y querer levantar el brazo en símbolo de lucha como si la revuelta fuera un imán del que uno no puede escapar. Pero no hay revolución sin fiesta, y los valencianos han llenado hasta los topes una playa del Bogatell que se ha convertido en una pista de baile magnánima gobernada por miles de culos inquietos que no han podido dejar pasar la oportunidad de soltarse en cuerpo y alma, en una Mercè 2023 que ya ha dado la bienvenida al otoño. Ritmos contundentes y chispas mágicas, pogos improvisados y alegría desenfrenada han tomado las riendas de la cita.
El saludo lo ha hecho desbordar todo: "Bona nit Barcelona, bona nit Catalunya, bona nit Països Catalans". No se cabía. Toni Sánchez —Panxo— y los suyos han firmado un espectáculo reivindicativo y festivo con un público entregado a la causa del rap, el breakbeat, sonoridades rock y ska, con una retahíla de grandes éxitos que han hecho retumbar la ciudad. Tir al ninot, Ventiladors, Llepolies o Sereno no han dejado de sonar en un concierto que visualmente ha superado el aforo. La última vez que tocaron en la capital catalana fue en el escenario del Palau Sant Jordi el pasado 2022, con un espectáculo que recorrió las portadas. Y es que Zoo tiene el don no solo de hacer música y clavarla, sino de llegar a tocar alguna cosa dentro de la gente con una facilidad abrumadora.
Tampoco han faltado grandes sonoridades de la banda de Gandía como Esbarzers —remix de un tema de los también valencianos La Gossa Sorda-— o Tobogán, mientras la pista se iba llenando de chispas y sentimientos de pertenencia, con alguna estelada sacando la cabeza y varias senyeres del País Valencià ondeando con fuerza. En momentos como estos, en los que la censura y la represión por una lengua y una cultura vuelven a estar al orden del día, encontrar espacios para combatir desde la camaradería y la persistencia son indispensables.
Boye se entrega a su rap carismático
La primera noche de La Mercè la ha inaugurado Boye, nombre artístico del creador escénico, actor y cantante David Menéndez. El barcelonés ha dado el pistoletazo de salida a la noche con su estilo que mezcla rap, electrónica, músico disco, pop y rock alternativo, y con un carisma encima del escenario más que probado y sobrado. El cantante ha interpretado algunos de sus temas más conocidos como Chocotetas, Nirbunjatis o Veni vidi vici, que se ha convertido en uno de los momentos más intensos de la noche.
Boye ha animado al público a bailar y a disfrutar de la actuación mientras iba presentando algunas de sus canciones más recientes, como el tema Na, que estrenó a principios de este año. "Soy afortunado de estar aquí con vosotros hoy", ha dicho el artista. El público, algo tímido antes de las ocho de la noche, ha acabado absolutamente entregado al talante expansivo y explosivo del cantante, mientras el espectáculo de drones 30 años Villa Olímpica ha iluminado el cielo de Barcelona. El pop catalán de Ginestà también ha querido decir la suya antes de publicar nuevo disco, y la barcelonesa Vicco, propulsora absoluta de una estival Nochentera, ha sido la encargada de cerrar la primera noche musical de la fiesta mayor con su estilo electrónico.