El Barça no hizo un buen partido contra la Real Sociedad y no es el primero que los culés acaban decepcionados. Pero sin miedo a equivocarnos podríamos decir que fue uno de los peores partidos de la temporada, del año o desde que Xavi Hernández es el entrenador blaugrana. Partido más que decepcionante y parece que no hay manera de remontar el vuelo. El Barça no desprende optimismo y para ver buen fútbol tenemos que esperar un milagro.
El Barça no carbura
Este Barça de Xavi Hernández no carbura ni da la sensación que sea un equipo que pueda marcar las diferencias esta temporada. Si el curso pasado se consiguió el objetivo de la Liga después de ser regular, a pesar de ganar muchos partidos por la mínima, esta temporada se buscaba lo mismo. Sin embargo, queda claro que no está siendo posible.
Al Barça le falta consistencia en defensa y también le falta mucho gol. Como Robert Lewandoiwski se ha lesionado y los extremos no acaban de dar su máximo rendimiento, entonces es normal que no se marquen tantos goles. Y, al mismo tiempo, eso supone complicar un poco más los partidos.
El Barça, pues, necesita dar un paso adelante porque ya se ve claramente que si no hay una mejora sustancial esta temporada no se ganará ningún título. Aunque en la Liga se mantienen las esperanzas y en la Champions League este año ha tocado un grupo fácil, cuando llegue el momento clave de la temporada será muy difícil que se rinda.
Xavi Hernández podría estar en peligro
Y es por eso que desde el Barça empiezan a gestionar el futuro. Y una de las opciones es que sea sin Xavi Hernández en el banquillo culé. Como el Barça decepciona y es irreconocible en muchos partidos, esta sensación de inferioridad no puede seguir mucho tiempo más.
Y una de las opciones sería prescindir de Xavi Hernández si no se consigue ningún título. Y la solución que cada vez suena con más fuerza es fichar a Míchel Sánchez, el entrenador que está siendo referencia en el Girona. La gran temporada del club gerundense deja a Míchel como un técnico a tener en cuenta en el Barça.
Sin embargo, el catastrofismo culé se podría acabar cuando vuelvan los lesionados. Es bien cierto que en las últimas semanas se ha sufrido mucho porque muchos de los titulares del equipo han tenido que estar apartados por culpa de problemas físicos. Y si poco a poco van volviendo a la competición y van recuperando el ritmo, entonces solo puede ir a mejor.