La intención del Barça es ingresar 110 millones de euros nada más se inaugure el mercado estival. De este modo, conseguirían una importante cantidad de dinero, que serviría para realizar nuevas incorporaciones, y también reducir la elevada masa salarial que hay en estos momentos. Para ello, Joan Laporta ya ha señalado a los dos jugadores que deberán de hacer las maletas, y con los cuales espera obtener esta cantidad. Y el primero es Raphinha.
Tiene un buen cartel en la Premier League, y de eso esperan aprovecharse en el Camp Nou para recuperar la inversión que realizaron el anterior verano, e incluso obtener una plusvalía. Deco, quien asumirá la responsabilidad de ser el sucesor de Mateu Alemany, tiene la misión de dar salida al internacional brasileño, que fue una apuesta personal suya, y confían en poder sacar unos 70 ‘kilos’. Por ahora, los principales admiradores del ‘22’ son el Newcastle United y el Chelsea.
Junto al extremo de 26 años, el otro sacrificio que quieren realizar es el de Anssumane Fati. Se han cansado de esperar al hispano-guineano, que aún no acaba de explotar todo el potencial que atesora en sus botas, y ha jugado un papel claramente secundario en los esquemas de Xavi Hernández. Es cierto que no ha tenido muchas oportunidades, pero cuando las ha tenido, no ha hecho nada destacable, ni ha merecido más minutos.
Por lo tanto, es totalmente comprensible que el Barça prefiera darle salida antes de que se devalúe más, y tiene un precio de 40 millones. Jorge Mendes, el representante del joven futbolista, se ha encargado de ofrecerlo a diversas entidades de la Premier League, pero por ahora no hay constancia de que ningún conjunto esté dispuesto a hacer una propuesta formal. Aún y así, Laporta es optimista, y cree que las llamadas acabarán llegando.
Aunque se ha topado con un contratiempo inesperado. Porque el ‘10’ sigue negándose a hacer las maletas, y ha mostrado su intención de seguir otro año más, pese a que es consciente de que tiene muy complicado ser titular.
Fati desafía a Laporta y a Xavi
Xavi y Laporta han advertido a Fati de lo que le espera en caso de no querer marcharse. Le han amenazado con dejarlo en el banquillo y en la grada, para así presionarle y que deje el Barça, donde tiene contrato en vigor hasta el lejano 2027.
Sin embargo, Ansu desafía al presidente y al entrenador, y no piensa en irse.