El regreso de Leo Messi no será sencillo, pero el Barça trabaja sin descanso en poder hacer realidad el sueño de Xavi Hernández, que es tener al argentino a su disposición. Joan Laporta y Mateu Alemany están buscando la manera de dar una alegría inmensa al entrenador catalán y a todos los socios, que desde el día que se anunció su marcha al Paris Saint-Germain, hace prácticamente dos años, esperan con ansias que pueda volver a casa.
Pero en el Camp Nou deberán de valorar los pros y los contras. Evidentemente, no se trata de una operación sencilla, en especial valorando los problemas económicos que atraviesan, que provocan que tengan que hacer un esfuerzo monumental para poder pagar el salario que exige. Además, hay tres jugadores de la plantilla que no están a favor del fichaje del siete veces ganador del Balón de Oro, siendo Marc-André ter Stegen el primero de ellos.
No es un secreto para nadie que la relación entre ambos acabó muy deteriorada, y no se hablaban ni podían mirarse a la cara. Todo, a raíz de un enfrentamiento que tuvieron en un entrenamiento, en el cual estuvieron muy cerca de llegar a las manos, y que provocó que varios compañeros tuvieran que intervenir. El ex del Borussia Mönchengladbach ha hecho saber que no quiere compartir vestuario con el campeón del Mundial de Qatar, y que podría ser una persona perjudicial que intoxicaría el buen ambiente que se respira.
Una opinión que comparte con Anssumane Fati, otro de los grandes enemigos que Messi dejó en el Barça antes de hacer las maletas. En su caso, la mala relación tiene origen en los celos que Leo sentía por el internacional español, que pasó a convertirse en el nuevo ídolo de la grada, debido a la magnífica irrupción que tuvo. Aunque todo explotó en el momento que el extremo de 20 años decidió unirse a la agencia de representación de Jorge Mendes, pues para ello traicionó a Jorge Messi, su antiguo agente.
La estrella del PSG no perdona esto, y además impone recuperar el dorsal ‘10’ que actualmente está en manos del futbolista de origen africano.
Ousmane Dembélé, el último detractor
El último detractor que Messi tiene en la plantilla del Barça es Ousmane Dembélé. Nunca se entendieron sobre el terreno de juego, ni tampoco fuera de él, teniendo una relación nula.
Y ‘El Mosquito’ sabe que, en caso de que Leo vuelva, tendría que volver a jugar en la banda izquierda, ya que la banda derecha, donde se encuentra más cómodo, sería ocupada por el astro de 35 años.