El Arsenal - Barça (5-3) de esta madrugada de jueves no deja de ser el primer amistoso de la pretemporada culé, pero en el contexto FC Barcelona, la exigencia es máxima y no hay paréntesis en este sentido. Además, la expectación hacia este partido era todavía más alta en vista de que el debut de los de Xavi Hernández se vio obligado a ser aplazado después de que se cancelara el enfrentamiento ante la Juventus de Turín a causa de un virus intestinal en la expedición blaugrana.

El conjunto gunner ha superado al culé con un resultado sorprendente, pero, sobre todo, propiciado por errores propios de la defensa del Barça. Ni el propio Ronald Araujo tuvo su mejor día, pero ni Christensen, ni Kounde estuvieron inspirados, dejando la única nota a salvar en el papel de Alejandro Balde. De esta manera, proporcionalmente, también redujeron sus prestaciones un Eric Garcia muy flojo, un Sergi Roberto blando y un Marcos Alonso claramente superado por su pareja de baile, Bukayo Saka.

Lamine Yamal, Marcos Alonso y Sergi Roberto, entrenando con el resto del grupo del Barça / Foto: FC Barcelona

Marcos Alonso, en evidencia

Aparte que el extremo inglés es uno de los futbolistas más en forma del equipo que dirige Mikel Arteta, Marcos Alonso estuvo lejos de sus prestaciones habituales. El madrileño, mucho más carrilero que lateral, siempre ha sido mejor mirando hacia la portería rival que hacia la propia, pero este jueves ha mostrado una de sus versiones más flojas desde que defiende los colores del Barça.

En Londres, Alonso era uno de los futbolistas más influyentes en el ataque del Chelsea, precisamente, porque Thomas Tuchel lo utilizaba por un flanco izquierdo en el que podía olvidarse de sus responsabilidades defensivas porque la retaguardia la cerraban dos nombres hoy muy conocidos en la Liga Santander como lo son los del madridista Antonio Rüdiger y su excompañero de equipo Andreas Christensen.

Marcos Alonso, celebrando un gol con la camiseta del Chelsea / Foto: Europa Press

Marcos Alonso, sin mercado

Hoy, Marcos Alonso tiene una versión mucho más conservadora. Xavi lo hace jugar como lateral izquierdo, pero, durante esta última temporada, la ausencia por lesión de Christensen durante una temporada llevó al técnico a utilizarlo en el eje de la defensa en lugar de a Eric Garcia.

Su rendimiento como central tampoco ha sido brillante, cosa que ha llevado que su valor de mercado disminuya y, actualmente, se encuentre en los 5 millones de euros. Dicho de otra manera, el Barça no podría aspirar a venderlo ni por 30, ni por 20, ni por 15 millones, cifras que, recordemos, pedía el Chelsea antes de venderlo, intercambiándolo con el Barça por un pago de 11 millones de euros más Aubameyang.