La afición del Barça suspira por poder celebrar nuevamente los goles de Leo Messi, y confía en que Joan Laporta consiga un milagro, y pueda traer de vuelta al todavía jugador del Paris Saint-Germain, aprovechando que finaliza contrato en el mes de junio. Xavi Hernández también ha aprobado la operación, y ha hecho saber que estaría encantado de poder tener a su antiguo compañero en la plantilla, y que debe de ser el objetivo prioritario.

Pero no todo el mundo está de acuerdo en el fichaje del campeón del Mundial de Qatar. Y es que hay algunos futbolistas que creen que sería perjudicial para el buen ambiente que se respira en el vestuario, y por lo tanto se han mostrado contrarios al desembarco del campeón del Mundial de Qatar. Un ejemplo de ello es Marc-André ter Stegen, quien acabó convirtiéndose en el gran enemigo del delantero de 35 años, y no pueden ni mirarse a la cara.

Tuvieron una fuerte discusión durante una sesión de entrenamiento, que estuvo a punto de llegar a las manos, de no ser por la intervención del resto de testigos, que rápidamente intentaron calmar los ánimos de ambos. Desde ese momento, no volvieron a hablarse, y tienen unos problemas que parecen ser irreconciliables. Una cosa similar ocurre con Anssumane Fati, que sabe que sería el principal damnificado por la firma del astro argentino.

Y es que debería de cederle el dorsal ‘10’ que actualmente ocupa, además de perder aún más opciones de ser titular. Por si eso no fuera suficiente, la relación entre ellos tampoco es fluida, después de que el hispano-guineano abandonara a Jorge Messi, el padre de Leo, para cambiar de representante y unirse a la empresa Gestifute, propiedad de Jorge Mendes. Robert Lewandowski, por otro lado, tampoco acaba de ver con buenos ojos esta idea.

Aunque cree que Messi podría ser un buen socio para él en el Camp Nou, el crack del PSG no parece querer ser compañero del polaco, lo que le dejaría en una situación muy complicada. Por no hablar de que dejaría de ser la estrella del club.

Ousmane Dembélé, otro perjudicado

Siguiendo con la lista de los perjudicados, tenemos a Ousmane Dembélé, que nunca acabó de entenderse con Messi, ni dentro ni fuera del terreno de juego. Además, debería de aceptar dejar de jugar en la banda derecha, donde se encuentra más cómodo, pues esa posición estaría reservada para Leo.

Y considerando que tiene una cláusula de rescisión de solamente 50 millones de euros, puede acabar marchándose.