Cuando Joan Laporta supo de primera mano cómo estaban las cuentas del Barça, peor de lo que se esperaba, y eso que la previsión ya era negativa, tuvo que tomar una decisión trascendental. La primera, la fácil, era asumir que llegaban años oscuros, invertir lo mínimo posible en fichajes y capear el temporal de la mejor manera posible, pues el Barça pasaría a ser un equipo de segunda fila, sin opciones en Europa y sufriendo para entrar en Champions League. La otra opción, la arriesgada, era buscar fórmulas imaginativas para generar ingresos, y poder llevar a cabo grandes fichajes, y reducir drásticamente la masa salarial de la plantilla.
Laporta escogió la segunda opción, por lo que se dieron paso a las famosas palancas, mientras que para el tema de los fichajes dio total libertad a Xavi Hernández y Mateu Alemany. Las peticiones del entrenador, si eran viables para la economía del club, serían llevadas a cabo, sin titubeos. Esta es la explicación de que el Barça renovara a Dembélé y a Sergi Roberto y fichara a Koundé, Lewandowski y Raphinha. Además, el técnico dio luz verde a las llegadas de Christensen y Kessié, oportunidades de mercado que le ofreció la dirección deportiva.
Bernardo Silva, la guinda del pastel blaugrana
Llegados a este punto, a la espera de Marcos Alonso y con Azpilicueta como único objetivo que se ha escapado, la guinda del pastel que ha pedido Xavi es Bernardo Silva. El entrenador quiere al portugués en la plantilla, pues le recuerda mucho a Iniesta, a lo que se ha añadido que el jugador quiere venir al Barça y que el Manchester City está abierto a traspasarlo. Xavi incluso aceptó que la llegada de Bernardo Silva significaría la salida de Frenkie de Jong, que sigue reacio a salir del Camp Nou.
Ante esta situación, el Barça sigue trabajando en la sombra para lograr el fichaje de Bernardo Silva, que sería el colofón a un verano de locos en las oficinas del Barça. El jugador ya ha dado el visto bueno al contrato que le ha presentado el Barça, a pesar de que pasara a cobrar menos que lo que gana en estos momentos. Falta el acuerdo con el Manchester City, que ya está muy cerca de lograrse.
Entre 50 y 60 millones para fichar a Bernardo Silva
El Manchester City, según adelantó Gerard Romero en Jijantes FC, pide entre 50 y 60 millones de euros por Bernardo Silva, una cifra a la que el Barça puede llegar después de cerrar la cuarta palanca económica. La gran duda en el club blaugrana surge con las inscripciones en LaLiga, que sigue poniendo trabas a los documentos presentados por el Barça. A todo ello, se sigue trabajando en la salida de De Jong, pues su traspaso generaría más ingresos y, lo que es más importante, reduciría muchísimo la masa salarial.
Además, Piqué y Busquets ya están negociando su rebaja salarial, para ayudar a que los nuevos puedan inscribirse para la primera jornada de LaLiga, en la que el Barça recibirá, este sábado, al Rayo Vallecano en el Camp Nou. Y es que el Barça tiene prisa, pues el Manchester City ha comunicado que necesita cerrar la operación ya, para fichar al sustituto de Bernardo Silva lo antes posible. Pep Guardiola no quiere tener a un jugador que se va a ir con la temporada ya cogiendo velocidad de crucero. El Barça, pues, está trabajando a destajo, en busca de la traca final del verano.