Xavi Hernández empieza a estar en una situación altamente preocupante. Los resultados no están siendo los esperados, y la afición cada vez está más descontenta con el trabajo que está realizando. A pocas semanas de que se cumplan 12 meses desde que regresó el Barça, las cosas no han cambiado tanto como se hubiesen imaginado, y mucha gente ya ha pedido a Joan Laporta a través de las redes sociales que piense en despedirlo.
Y no solo la afición empieza a dudar del de Terrassa, sino que varios jugadores de la plantilla creen que el ex del Al-Sadd no está capacitado para estar en el banquillo del Camp Nou, y que confiaron en él por su pasado como jugador, y no por sus habilidades como técnico. El primero de todos es un Jordi Alba que cada vez tiene una relación más distante con él, y en poco tiempo han pasado de ser amigos íntimos a prácticamente no poder ni verse.
El lateral zurdo de 33 años, uno de los pesos pesados del vestuario, guarda un enorme rencor acumulado por los pocos minutos que está teniendo, pero aún y así intenta ser lo más objetivo posible, y como señalan varios medios, su rol secundario no influye en el pensamiento que tiene hacia el entrenador culé, a quien no ve capaz de motivar a todos los futbolistas, ni encontrar la solución a los problemas que tienen. Lo mismo opina Gerard Piqué.
El ‘3’ es otro de los líderes del Barça, y también tiene un enorme descontento con Xavi por el ostracismo al cual ha sido relegado. Al margen de esto, opina lo mismo que Alba, y cree que no fue una decisión acertada contratarlo cuando únicamente tenía experiencia en Qatar. Visto todo lo que ha ocurrido, quizás hubiese sido mejor confiar en alguien con más currículum. Una postura que comparten Frenkie de Jong, Memphis Depay y Sergiño Dest, quien actualmente está cedido en el AC Milan.
Los tres eran grandes defensores de Ronald Koeman, y no entendieron su destitución para traer a un entrenador inexperto y que ni siquiera había dirigido al conjunto azulgrana en categorías inferiores.
Samuel Umtiti, otro detractor de Xavi
Por último, encontramos a un Samuel Umtiti que también veía demasiado arriesgado confiar en Xavi, y que en los meses que coincidió con él acabó bastante decepcionado con su método de trabajo y con el trato que le dio a él y a otros futbolistas que no entraban en sus planes.
Además, también está muy dolido por el hecho de que ni siquiera se haya preocupado por él ahora que está a préstamo en el modesto Lecce italiano, donde no está teniendo una aclimatación fácil.