La historia de Aday Benítez, jugador del Girona, es un relato de superación personal. El futbolista de Sentmenat ha explicado, en un reportaje de TV3, cómo tuvo que superar la muerte de su padre cuando sólo tenía 17 años. Con 29, el lateral debutó en Primera División y cumplió su sueño y el de su padre, a quien "siempre tendrá presente en forma de tatuaje en la espalda" y dedicará todos sus éxitos.
"El tatuaje reproduce la carta que mi padre me escribió antes de morir. La leí once años después porque durante mucho tiempo fui incapaz de hacerlo. Cuando lo hice me di cuenta de que era algo que tenía que llevar siempre conmigo", empieza la pieza periodística de la televisión pública catalana, que también presta especial atención al momento en que Aday se enteró de la defunción de su familiar más próximo: "El día que pasó yo estaba entrenando niños en el campo de fútbol del Sentmenat. Noté que la gente me miraba mucho y cuando vi llegar a mi tío ya fui consciente de que estaba pasando alguna cosa grave. Fue el momento más duro mi vida. El día siguiente hacía 17 años".
Su camino desde las categorías inferiores del fútbol hasta la élite no ha sido fácil. De hecho, Aday estuvo dos meses sin jugar "porque ni podía hacerlo ni pensaba que lo tuviera que hacer". "Pensé en dejarlo, pero llegó un día en que me levanté y dije: era el sueño de mi padre. ¿Qué hago aquí en casa?", narra el protagonista del reportaje.
Aday Benítez "tenía muy claro que quería cumplir el sueño de jugar a fútbol y llegar lo más lejos posible" y persistió hasta conseguirlo. Evidentemente, para él llegar a jugar a la máxima categoría del fútbol español no ha sido fácil, pero lo ha conseguido y no olvida sus orígenes: "Siempre lo tendré presente".