El Paris Saint-Germain ha elaborado un nuevo plan para evitar que Kylian Mbappé se marche. Después de hacer todo lo posible para que renovara su contrato en el mes de mayo, ahora Nasser Al-Khelaïfi nuevamente está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para contentar a su gran estrella y que decida quedarse. Porque las declaraciones recientes que hizo, en las cuales aseguró que está muy decepcionado, han causado un nerviosismo enorme.
No esperaban que tan solo unos meses después de rechazar a todos los pretendientes que tenía y de optar por seguir con su carrera en el Parque de los Príncipes volviera a pensar en un cambio de aires. Así que desde la directiva han dado órdenes a Christophe Galtier, el entrenador, para cambiar todo lo que tenía enfadado al ex del AS Mónaco, y lo primero que ha hecho ha sido hacer modificaciones en el esquema de juego, como se pudo ver en el anterior partido.
En el choque contra el Olympique de Marsella, el cual ganaron por la mínima, el técnico galo renunció a la defensa de tres centrales que estaba utilizando de manera habitual, para colocar a un centrocampista más. Aparte, Neymar Junior ocupó la media punta y se alejó del área rival, para centrarse más en labores de creación, mientras que Leo Messi también estuvo más pendiente de la elaboración de las jugadas que de la finalización.
Eso permitió a Mbappé quedarse como la única referencia ofensiva del PSG, y no tener que compartir la responsabilidad de marcar goles con nadie más, una cosa que se había convertido en una obsesión para él. Aún y así, el autor del único gol del choque fue el astro brasileño, pero con asistencia del campeón del Mundial de Rusia, que tuvo mucha más libertad de movimientos para poder ocupar todas las posiciones del ataque, especialmente en la banda izquierda, donde se encuentra más cómodo.
Esperan que de este modo Kylian se olvide del enfado terrible que tenía hasta hace poco, y no se quiera ir a ningún sitio.
Galtier, una víctima colateral del poder de Mbappé
Galtier intentó justificar su cambio de esquema, y en ningún momento quiso reconocer que lo hizo por obligación y por orden de Al-Khelaïfi. Pero todo el mundo conoce la realidad, y sabe que en realidad tuvo que hacer modificaciones por deseo de Mbappé.
El poder que tiene el ganador del Golden Boy de 2017 en el PSG es enorme, y una víctima colateral de esto es el entrenador, que tiene que hacer caso a todos sus consejos para evitar que se frustre.