La verdad es que el anuncio del preacuerdo que alcanzaron el PSG y Leo Messi por su renovación no fue encajado de la mejor de las maneras por los aficionados del Barça. Joan Laporta, así como la mayor parte del barcelonismo, soñaba con ver al que había sido su ídolo regresando al Camp Nou. No obstante, las pocas posibilidades que tenía de emprender el camino de vuelta dependían de que lo hiciera con la carta de libertad bajo el brazo.
Messi, que acababa su vinculación en el Parque de los Príncipes en verano de 2023, era la gran ilusión del máximo mandatario blaugrana. Ficharlo gratis era una alternativa que no se había descartado, pero el hecho de que esté muy cerca de renovar con el Paris Saint-Germain desvanece cualquier tipo de esperanza culé.
La cara de Leo Messi ya aparece destrozada en Barcelona
Claro está que las generalizaciones no son buenas, y de hecho, en Barcelona se venera a Messi como una deidad y con un respeto del que no todas las leyendas del fútbol pueden presumir. No obstante, algunos fanáticos ya se hicieron cargo de manifestar su desacuerdo con la prolongación de contrato del astro argentino en París e incluso destrozaron la cara de Leo Messi de un mural de reconocimiento hecho al rosarino en las calles de la capital catalana.
Sin embargo, y aunque ya lo reveló el diario francés Le Parisien cuándo trascendía el acuerdo entre Nasser Al-Khelaïfi y la familia Messi, el presidente del gigante francés habría incluido una 'bomba' en el contrato del recientemente coronado campeón del mundo que todavía será peor encajada por el barcelonismo.
Nasser Al-Khelaïfi y la 'bomba' del contrato de Messi
Las informaciones destacaron que Al-Khelaïfi había alcanzado aquello que tanto tiempo hacía que buscaba: blindar a uno de los tres tenores que tiene en la delantera. Con todo, el punto que peor puede caer sobre los que antes celebraban sus goles es que Leo Messi renueve por un año con la opción de una temporada extra.
Messi, de 35 años, como todos los veteranos, se esperaba que renovara solo por una temporada, pero en caso de ejecutarse esta opción a una extra, su estancia en París pasaría a ser desde el 2021, cuando aterrizó, hasta el 2025. 4 años que lejos quedan de la fugacidad que se le auguraba a su nueva etapa en uno de los archienemigos institucionales del Barça desde la traición de Neymar en el año 2017. La salida del astro brasileño, cuando precisamente estaba al mejor nivel de su carrera, sentó como un jarro de agua fría al Camp Nou, aunque se desmarcara como el fichaje más caro de la historia.