Ousmane Dembélé ya ha aprendido la lección. La temporada pasada, al negarse a renovar su contrato con el Barça hasta el último momento, provocó que el barcelonismo se le tirara encima, hasta el punto de ser pitado en el Camp Nou en varios partidos. Es por ello que en esta ocasión ha cambiado de estrategia. Tiene contrato hasta el 2024, por lo que no hay prisa para sentarse a negociar con Joan Laporta, a pesar de que el club quiere ampliar la vinculación. Moussa Sissoko no dice nada, ni sí, ni no, asegura que Dembélé está contento, pero también concentrado en rendir al máximo y que ya habrá tiempo en verano.
El problema es que Dembélé tiene una cláusula de solo 50 millones de euros, tal y como se filtró a principios de temporada, con el añadido de que la mitad, 25 millones de euros, serían para el propio jugador. Estas fueron las condiciones que puso el francés para renovar, a lo que se añadió una importante rebaja salarial. El Barça lograba su continuidad y el jugador se aseguraba una salida asequible si rendía a un buen nivel.
El PSG quiere a Dembélé
Y ahora ha entrado en juego el PSG, que está preparando el terreno para lograr que Mbappé esté contento y no fuerce una salida. La estrella francesa pidió un equipo competitivo y un vestuario tranquilo, con jugadores con los que mantiene buena relación, además de un entrenador importante que les lleve a ganar la Champions League. Es por ello que Al-Khelaïfi, si el PSG vuelve a fracasar en la máxima competición continental, ya tiene previsto sustituir a Galtier por Zinedine Zidane, que se ha quedado sin banquillo tras la renovación de Deschamps con Francia.
Zidane rechazó al PSG en verano, a la espera de ser el seleccionador francés, pero con esa puerta cerrada aceptaría sin problemas la oferta parisina. El entrenador quiere reforzar el ataque, del que saldrá casi con total seguridad Neymar, y un jugador que está en su lista de peticiones es Dembélé, y más si su precio es de solo 50 millones de euros. Dembélé mantiene una excelente relación con Mbappé, que estaría encantado con poder ser entrenado por Zidane, al que admira profundamente.
Dembélé y Raphinha a cambio de una estrella
Xavi Hernández quiere que Dembélé siga en el club, mientras que el Barça, a pesar de las dudas que genera el juego irregular del extremo, necesita renovarlo, ya que no hay dinero para fichar una estrella con la que suplir la salida del francés. El inconveniente es que el jugador tiene la sartén por el mango, ya que tiene contrato y la opción de salir por 50 millones de euros. El francés no tiene ninguna necesidad de renovar, a no ser que fuera por una cantidad de dinero que el Barça no está en disposición de ofrecerle.
A todo ello se añade el pobre bagaje que está teniendo Raphinha, que ya ha perdido la titularidad en el Barça. En el caso del brasileño, la idea del Barça es traspasarlo por una cantidad cercana a los 50 millones de euros. Con el dinero de ambos traspasos, unos 100 millones, el club intentaría cuadrar las cuentas y fichar a un gran jugador. Xavi se tendrá que conformar con perder fondo de armario a cambio de tener una nueva estrella.