Riudarenes es indirectamente un pueblo de Primera división porque allí es donde el Girona FC entrena en diario. El ambiente frío y el sol que calienta en otoño destacan en pleno mes de diciembre en el escenario rural de la zona interior gerundense, pero un conjunto de camisetas rojas toman el protagonismo. Y entre ellas está Àlex Granell (Girona, 1988), que nos recibe para hacer un balance del gran inicio de temporada de su equipo, de auténtico récord y un tanto inesperado. El futbolista gerundense nos habla del estreno en la máxima categoría del fútbol español y también moviéndose en terreno extrafutbolístico.
El centrocampista catalán, con una pierna izquierda única según sus compañeros, ya ha cumplido un sueño, y ahora le toca seguir pensando a lo grande. Crecido en el fútbol más puro, ya está entre los mejores del mundo. Con el Girona ha vivido dos ascensos frustrados, pero por fin le ha tocado la hora de estar en la cima. El próximo paso es estrenarse como goleador y después ser parte importante de una temporada histórica para el Girona.
¿Estáis sorprendidos con el inicio de temporada que estáis haciendo?
No sé si sorprendido es la palabra, pero sí que estoy orgulloso de cómo está funcionando el Girona, del arranque que hemos hecho. Creo que todo el mundo estaba con dudas de cuál sería el rendimiento del Girona en Primera división, que es lógico, pero evidentemente las primeras jornadas han demostrado que estamos preparados para competir contra cualquiera.
¿Cómo valoras el papel que estás teniendo?
En sintonía con el equipo. Me estoy encontrando muy bien, muy cómodo y adaptado a la categoría. También tenía mis dudas personales de cómo sería, la exigencia en la máxima categoría, pero también lo facilita el hecho de jugar con unos compañeros que nos conocemos a la perfección. Y tenemos un entrenador que lleva muchos años en la casa, que no es fácil a día de hoy, y con el cual tenemos este vínculo que sé perfectamente qué me pide y él sabe lo que puedo dar en mi mejor versión.
¿La clave de este éxito a que se debe?
Hay un grupo que a nivel humano es muy sano y muy bueno, que los egos personales están muy controlados, y todo el mundo tiene claro que lo más importante es el colectivo. Aquí hay 24 futbolistas que piensan que el bien del Girona es el bien personal. Y entonces tenemos un sistema de juego un poco peculiar y que todo el mundo se sorprende que siga funcionando tan bien en Primera división. Pero los sistemas los hacen los futbolistas, tenemos muchos jugadores que nos lo conocemos de memoria y eso facilita mucho el trabajo para los que nos toca jugar el fin de semana.
¿Quedaros en las puertas del ascenso en varias ocasiones os ha hecho más fuertes?
Se dice que el fracaso te mata o te hace más fuerte. Si hemos sido capaces de ser golpeados un par de veces y no ascender cuando era el sueño de cada uno de los futbolistas del Girona, del club y de la ciudad, y a la tercera te vuelves a levantar, lo vuelves a intentar y lo consigues creo que dice mucho de la personalidad de los jugadores del Girona. Esta es la esencia del club y de la ciudad que nunca ha decaído, nunca se ha desanimado y hemos seguido al pie del cañón hasta conseguir el sueño de muchos. El ascenso nos ha costado tanto que ahora no nos podemos permitir el lujo de dejarlo escapar.
¿Personalmente qué significa este ascenso?
Es un sueño hecho realidad. No te engañaré, pero hace muchos años atrás el ascenso no era ningún sueño porque era inimaginable. De haber pensado jugar en Primera división hubiera sido un iluso. A medida que he ido escalando categorías me ha ido pasando por la cabeza y después del primer año en Girona que nos quedamos a las puertas del ascenso sí que fue uno de los objetivos que creía que podría ser real. Y el año pasado ascender con el club de mi ciudad, con el club en el cual me formé, el club de quien me puse la primera camiseta de mi vida, hacerlo también como uno de los capitanes... todos los ingredientes hacen que sea una de las experiencias más bonitas que he vivido nunca.
¿Y esta inimaginable sensación también la tenías hace cuatro años cuando estabas jugando en el Prat en Segunda división B?
Sí, y tampoco tan atrás. Hay un impasse que me voy a Cádiz, que aquello sí es el fútbol profesional, y me ayudan a visualizar que es lo que yo deseo en el futuro. Y tenía claro que aquello era lo que yo quería. Convivir en el mundo profesional y tenía que hacer lo que fuera para conseguirlo. Después el año en el Prat es duro porque el equipo no consigue la permanencia en la categoría, pero a nivel individual sí que es un buen año porque las cosas me salen bastante bien y tengo la oportunidad de firmar por el Girona. Con las dudas de si puedo estar en plantilla, pero después es cuando entra este vínculo con el entrenador Pablo Machín y me ve en condiciones para estar en el Girona. Y eso sigue hasta el día de hoy.
¿Cómo es Pablo Machín para explicar este éxito?
Es una persona que tiene muy clara su idea de juego, que tiene muy claro cómo se trabaja para conseguir buenos resultados y tiene una metodología de trabajo en la cual cree ciegamente. Una de sus grandes virtudes es que no mira el DNI de los futbolistas, ni las procedencias, sino que mira el rendimiento inmediato. No es fácil a veces tomar decisiones cuando tienes 24 o 25 personas que te están observando, y él siempre lo hace mirando el bien colectivo del equipo.
¿Y qué significa alcanzar el éxito siendo capitán?
Para mí es mucha responsabilidad. Es intentar extrapolar los valores del club dentro del campo, también fuera de los terrenos de juego con los medios de comunicación y con la afición. También ser una persona próxima y que intenta ir en sintonía con los valores del club, y después lo que es puertas adentro intentar ser una persona responsable y un referente para los recién llegados. Tengo grandes referentes como Eloi Amagat o Felipe Sanchón que me han ayudado mucho a visualizar cómo tiene que ser un gran capitán. Para mí es un orgullo poder lucir el brazalete de capitán.
Jugar en Primera sólo me ha cambiado en la repercusión
¿Te ha cambiado la vida ser de Primera?
No me ha cambiado nada. Mi vida es la misma. Seguramente si me hubiera encontrado con este éxito colectivo a los veintipocos años la respuesta hubiera sido diferente. Pero ahora me coge con 29 años, con un nivel de madurez muy centrado, tengo claro cuáles son mis objetivos vitales, sé perfectamente cómo es mi cuerpo, los hábitos que tengo que tener, las horas de descanso que necesito, los alimentos que tengo que ingerir... por lo tanto tengo la vida muy ordenada y mi contexto no ha cambiado. Soy de Girona, mis amigos, mi familia, mi pareja son el mismo entorno. Jugar en Primera sólo me ha cambiado en la repercusión porque a nivel personal mi día a día es exactamente igual.
¿El próximo paso es estrenarte como goleador en Primera?
Sin duda. Es una cosa que tengo entre ceja y ceja. Tengo la ambición de no sólo ser un jugador que asiste, sino que también marca. Me queda el regusto muy amargo del día del Sevilla en que fallé un penalti en los últimos minutos de partido. Creo que allí era un gran momento para estrenarme como goleador en Primera división, pero no pudo ser. Y ahora cada jornada tengo una o dos aproximaciones al área. Estoy convencido de que pronto celebraremos algún gol de Granell.
¿Ahora los rivales os tienen un cierto respeto?
No somos aquel recién llegado que tienen que ganar con cierta facilidad. El Girona a día de hoy se ha ganado el respeto y los elogios de todo el mundo. A veces eso también es peligroso porque veníamos con una ilusión y con ganas de demostrar, pero cuando todo el mundo te cepilla la espalda tiendes a relajarte. El respeto lo teníamos por la manera que jugábamos.
¿Se puede soñar con Europa?
A mí me parece atrevido. Viendo los rivales y el club en el cual estamos creo que no es momento ni es oportuno hablar de cosas más ambiciosas que la permanencia.
¿Y en un futuro?
Aquí hay un proyecto detrás que es importante, que es estable y estoy convencido de que en los próximos años si el Girona sigue manteniendo la categoría el club crecerá de manera tal que quizás sí estaremos en Europa en un futuro no muy lejano.
¿Donde has jugado hasta ahora, con qué estadio te quedas?
Con el debut en San Mamés. Ya habíamos jugado con el filial, pero con menos de diez mil personas. Esta vez el ambiente era totalmente diferente. Fue el primer partido en que el Girona estuvo un punto más nervioso por la atmósfera que se vivía. Hasta entonces habíamos jugado grandes partidos contra Manchester City, Atlético de Madrid o Málaga, pero en Montilivi. En San Mamés fue el escenario más emotivo porque veíamos la grandeza de lo que se había conseguido.
¿Y con qué rival?
Con el Real Madrid y con Isco. En esta tierra el Madrid no acostumbra a ser muy bienvenido, y es uno de los grandes equipos del mundo. Vino a Montilivi y tal como fue el partido (con victoria final del Girona) será un día imborrable en la memoria de todos los gerundenses y de todos los aficionados del fútbol. Dice mucho del Girona.
Me hace mucha ilusión pensar en el día que pueda jugar en el Camp Nou
¿Tienes marcado en el calendario el partido del Girona en el Camp Nou?
Sí, pero al final hay tantas circunstancias que marcan si podrás estar o no que ahora no me planteo nada contra el Barça. Ahora me limito a intentar jugar el próximo partido porque no tengo crédito en Primera. No pude jugar contra el Barça en Montilivi, pero me hace mucha ilusión pensar en el día que pueda jugar en el Camp Nou.
Y ahora toca el Espanyol...
Es uno de los grandes equipos de Catalunya, el segundo mejor, y esperamos que de aquí unos años el Girona pueda coger esta plaza. Creo que el Espanyol está haciendo las cosas muy bien y también es un club que tiene un proyecto detrás muy importante. Fácilmente pueden jugar de titulares seis, siete u ocho jugadores formados en la base, cosa que dice mucho de lo que se potencia en el Espanyol. Y en definitiva también tiene que ser un ejemplo para el Girona dónde poder mirarse al espejo porque ya no sufren para salvar la categoría casi nunca. Y aquí es donde tiene que llegar el Girona en el futuro.
¿Cómo va el proceso de tu renovación?
Ha habido una primera conversación, pero es un tema que intento dejar y que la gente próxima a mí se ocupe. Tengo claro que hay un sentimiento muy fuerte por este escudo, pero también soy consciente de que tengo una edad y estoy en un momento que no tengo que desperdiciar oportunidades. Mi máximo deseo es, si puedo, jugar en Primera con el Girona, pero sino en otro lugar. A día de hoy la renovación no es una cosa que tenga perspectivas de cerrarse pronto.
¿Cómo valoras la relación del Girona y el Manchester City?
Agradezco mucho que vinieran los máximos responsables del Manchester City y nos explicaron el proyecto y los motivos por los cuales habían decidido hacerse en propiedad del Girona. Hay gente aquí que ha dejado muy claro que la entidad no puede perder su esencia y que el Girona tiene que seguir teniendo a gente de Girona y potenciando el fútbol base. Ahora bien, toda ayuda del City es bienvenida, pero tiene que ser con cuentagotas, sin que la afición pierda la sensación que hay tres, cuatro o cinco jugadores de la ciudad para sentirse identificados.
¿Y qué os explicaron?
Nos dijeron que apostaron por el Girona por la idea de club. Como ciudad encajaba con el estilo que buscaban, y evidentemente por el deseo del Girona de seguir creciendo en la máxima categoría. Es una gran suerte tener a un gigante como el Manchester City detrás.
Es una gran suerte tener a un gigante como el Manchester City detrás
¿A vosotros cómo os afecta?
Al final tenemos competencia sobre el terreno de juego. Jugadores que tienen un talento que no había visto nunca, como Douglas Luiz. Son muy jóvenes y les va muy bien formarse en el Girona. Es beneficioso para todas las partes.
¿Con esta relación que hay, tú te imaginas vistiendo la camiseta del City?
Si ya es inimaginable el Girona en Europa, no sería tan iluso de pensar que puedo jugar algún día en el Manchester City de Pep Guardiola. A nivel particular con 29 años me tengo que centrar en otras cosas, pero no menos ambiciosas.
¿Y ves a Pere Pons jugando en el City?
Eso son palabras mayores. Algún día se le puede dar la oportunidad de volar y de demostrar el talento que tiene para jugar en un gigante. Si vemos la evolución de Pere en los últimos años se ve que no tiene techo. Y eso se me enorgullece mucho de él. Es un jugador humilde, que escucha, que tiene ganas de aprender y sobre todo tiene mucho respeto. Es un jugador que está preparado para alcanzar todos los retos que se marque.
¿Entiendes las críticas a los deportistas cuando hay una mínima expresión en términos políticos?
El fútbol es el deporte más importante seguramente de todos porque todo el mundo opina dentro y también fuera del terreno de juego. Nosotros tenemos que intentar ser el máximo de futbolistas posible y centrarnos en nuestro trabajo. Lo que pasa que no tenemos que obviar que si se nos pregunta de política tenemos que saber y tenemos que poder responder, siempre con respeto, pero tenemos que poder decir lo que uno piensa. Es la opinión de cada uno igual que la tiene cualquier persona sea o no futbolista. No tiene que ser contradictorio defender una cosa sin criticar otra. Quiere decir estar de acuerdo con un tema. Yo no aplaudo que se critique a los futbolistas para mojarse.
¿Los futbolistas sois conscientes de la implicación del deporte en la política?
Evidentemente el fútbol tiene una repercusión tan grande que llega a todos los temas. Ya no sólo en el juego del fútbol, sino cualquier símbolo o comentario tiene una repercusión mayor porque la persona que lo hace es pública y llega a muchos más medios de comunicación.