El FC Barcelona ya ha anunciado la esperadísima renovación de Ansu Fati. Tras unas semanas de dudas en las que Jorge Mendes, representante del jugador, no ha dudado en filtrar que la opción de cambiar de aires no estaba descartada, el club y el jugador han llegado a un principio de acuerdo por el cual la nueva esperanza blaugrana seguirá en el Camp Nou las próximas temporadas. "Lo de Ansu lo vamos a arreglar, seguro. Seamos pacientes y demos tiempo para trabajar y llegarán los resultados. Esperemos que todo salga bien", afirmó Joan Laporta hace unos días.
Las negociaciones, sin embargo, han sido duras, pues Jorge Mendes, uno de los mejores representantes del mundo, tenía las cartas marcadas, sabedor de que el Barça no se podía permitir el lujo de perder a Ansu Fati, su nuevo 10, y menos a coste cero. Es por ello que el club blaugrana ha tenido que pasar por el aro y poner encima de la mesa una ficha de 10 millones de euros, tal y como informa este miércoles El Confidencial. A cambio, el Barça le impondrá una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros.
Busquets, el elegido para dejar hueco salarial
El problema es que la masa salarial del Barça debe bajar, no subir, por lo que las exigencias de Ansu Fati tendrán una consecuencia ineludible, la salida de un peso pesado del vestuario. La dirección deportiva ha tenido dudas, y se sigue pensando que las salidas de Coutinho y de Dembélé podrían salvar el cuello de todos los jugadores importantes, pero en estos momentos el elegido para dejar hueco a la nueva ficha de Ansu Fati es Sergio Busquets, un futbolista que no ha empezado nada bien la temporada en el Barça y que a pesar de su rebaja salarial sigue cobrando mucho.
De hecho, el primer capitán del Barça, que hasta hace poco tenía decidido colgar las botas en el Camp Nou, siendo como Puyol un one club man, ya se plantea una salida, con el Manchester City esperándole con los brazos abiertos.
Una renovación necesaria
La situación ha llegado a oídos de Joan Laporta, que entiende que el nuevo Barça debe empezar a dar salida a los futbolistas que llevan más tiempo en la plantilla y que, como es normal, han adquirido un peso demasiado alto. El presidente tiene una gran estima a los futbolistas que se hicieron grandes con él en la presidencia, pero ello no indica que deban ir saliendo para dar espacio a los nuevos referentes.
Y es que junto a Sergio Busquets también podrían salir Jordi Alba, que sigue teniendo una ficha muy alta, y Sergi Roberto, con quien las negociaciones de renovación han sufrido últimamente un curioso parón. Un caso diferente es Gerard Piqué, que está tan convencido de querer retirarse en el Barça que no dudará en dar todas las facilidades económicas al club si fuera el caso.