Anssumane Fati se negó a abandonar el Barça durante todo el mercado estival. Por mucho que le presionaran y le insistieran para que decidiera hacer las maletas, el jugador se mostraba inflexible en la postura que había adoptado. No quería ni oír hablar de un posible cambio de aires, y reafirmó su deseo de quedarse en la plantilla dirigida por Xavi Hernández, y pelear por conseguir un puesto como titular, aprovechándose de la marcha de Ousmane Dembélé al Paris Saint-Germain.
La pretemporada que realizó fue realmente positiva, y dejó buenas sensaciones, lo que provocó que el internacional español estuviera esperanzado. Creía que podía ser importante, pero poco tiempo necesitó para darse cuenta de que su futuro no pasaba por el Camp Nou. Si quería jugar y tener minutos, lo único que podía hacer era marcharse, y acabó reculando y aceptando la oferta de cesión que le presentó el Brighton & Hove Albion.
Quedó muy decepcionado después de ver como el técnico de Terrassa lo dejó en el banquillo en las primeras jornadas de La Liga EA Sports, y ni siquiera era la principal alternativa entrando como suplente. Raphinha estaba por delante de él en las preferencias del entrenador, así como Ferran Torres, quien sí que ha conseguido reivindicarse, y está llamado a ser importante. Incluso Ez Abde, antes de firmar por el Betis, estaba jugando más que el extremo nacido en el año 2002.
Y sin contar a Joao Félix, que aterrizó poco antes de que Ansu se fuera, y está haciendo méritos para ser considerado como el nuevo ídolo del Barça. Pero el principal responsable de que a Fati se le acabara la paciencia fue Lamine Yamal. La irrupción del joven crack de 16 años provocó que le entrara un ataque de celos, al ver que un chaval que todavía está en edad juvenil tenía más protagonismo que él, lo que acabó por colmar su paciencia.
Xavi prefirió confiar en las habilidades del ‘27’, que se ha convertido en uno de los futbolistas de moda en el panorama mundial, y ahora mismo es el ‘niño mimado’ del cuerpo técnico y de la directiva. Y está robándole los récords de precocidad al hispano-guineano.
Ansu dejó de hablar a Lamine
La envidia de Ansu llegó hasta un punto límite, y dejó de hablar con Lamine, pese a que durante los primeros días en los que Yamal se ejercitó con el primer equipo fue su gran protector.
Fati sabe que ya no es la gran esperanza de La Masía.