Ansu Fati estuvo todo el primer tramo de la temporada pidiendo oportunidades. Desde su entorno se comentaba que el jugador no rendía como se esperaba de él por los pocos minutos que le estaba dando Xavi Hernández, lo que estaba paralizando su progresión y poniendo en riesgo su presencia en el Mundial de Qatar. Luis Enrique le acabó llamando, pero Ansu Fati no correspondió con buen juego a la confianza del asturiano. Y ahora está pasando exactamente lo mismo en el Barça.
Tras el retorno del Mundial, Xavi Hernández le ha dado a Ansu Fati las oportunidades reclamadas. El jugador fue titular contra el Espanyol, en el que dejó mucho que desear. Contra el Intercity jugó toda la segunda parte y la prórroga, en la que marcó un gol, lo que le valió una nueva titularidad importante, en el partido del Metropolitano contra el Atlético de Madrid. Y Ansu Fati volvió a defraudar, pasando totalmente desapercibido cuando teóricamente debía ser el referente ofensivo por la sanción de Robert Lewandowski.
Ansu Fati acumula decepciones
No es extraño, pues, que en el Barça empiece a crecer la preocupación respecto a Ansu Fati. El canterano estaba llamado a ser la nueva estrella del equipo, el referente. Por ello se le concedió el dorsal 10 y se le dio un contrato al nivel esperado. Los problemas físicos cortaron la progresión, aunque para esta temporada el plan era que volviera la mejor versión de Ansu Fati. Así pues, la decepción es enorme, ya que el jugador ya lleva tiempo y minutos como para dar el salto.
Con Lewandowski sancionado, al que se añadirá Ferran Torres por su absurda expulsión en el partido contra el Atlético de Madrid, Ansu Fati tiene dos partidos más para demostrar de lo que es capaz. Si vuelve a firmar dos actuaciones pobres, las dudas ya serán muy importantes.
Ansu Fati ya no es intransferible
En el Barça, de hecho, ya no se descarta traspasar a Ansu Fati en verano. El club necesita dinero, por lo que ya ha puesto en el mercado a Raphinha y a Ferran Torres, jugadores que no están rindiendo como se esperaba de ellos y que tienen un buen cartel en Inglaterra.
Hasta hace poco, poner a Ansu Fati en venta parecía un tema tabú. Las expectativas con el jugador eran tan altas que se decidió darle tiempo, no forzar la situación, para que Ansu volviera a su ritmo. El problema es que ya ha pasado mucho tiempo y el delantero sigue estando muy lejos de su mejor versión. Ha perdido la chispa que le caracterizaba, además del olfato de gol, a lo que se añade un visible miedo a meter la pierna. Si sigue igual, estará en el mercado con un precio que rondaría los 70 millones de euros.