La noticia cayó como un cubo de agua fría sobre los vestuarios del Camp Nou. Después de la victoria contra el Betis (5-2), el Barça informó este sábado que Ansu Fati sufre una rotura en el menisco interno de la rodilla izquierda, una lesión muy seria que, si no hay un milagro, lo alejará de los terrenos de juego durante una buena temporada.

Este lunes, el club blaugrana realizará más pruebas al joven delantero hispano-guineano, a quien tendrá que guiar a fin de que se recupere totalmente, y es que en este tipo de roturas –y teniendo en cuenta que Ansu sólo tiene 18 años– normalmente se prioriza la seguridad del tratamiento por encima de la rapidez.

En este sentido, y a la espera de las pruebas, todo hace indicar que Ansu tendrá dos opciones: pasar por el quirófano, hecho que podría alargar la baja hasta los cinco meses, o realizar un tratamiento conservador, algo que permitiría que volviera a pisar el césped más pronto pero asumiendo el riesgo de sufrir una lesión crónica en el cartílago.

El exjefe de los Servicios Médicos del Barça, Jordi Ardèvol, lo explicó en declaraciones en Esport3: "Todo depende del tipo de ruptura, pero es verdad que con un crío joven y de proyección, lo más lógico sería pensar en él e intentar salvaguardar la integridad de la rodilla y el menisco. Lo más lógico sería suturar el menisco, porque si cicatriza bien vuelves a tener un menisco completo".

Y añadió: "La sutura intenta que vuelvas a tener una rodilla tan normal como sea posible. Todo depende de la edad del jugador, con un profesional grande quizás es mejor sacarle el menisco, porque cinco meses de baja son muchos en relación a lo que le queda de carrera. En cambio, con un crío que tiene tantos años de proyección, lo que se tiene que hacer es salvaguardar su salud y la de la rodilla".

Según explicó el doctor, si Ansu se opera –algo que parece lo más probable– la recuperación será de "como mínimo cuatro meses", aunque el proceso normalmente se prolonga hasta los cinco.