El francés Anthony Turgis gana la novena etapa del Tour de Francia en un día muy diferente al de ayer. La poca intensidad que hemos visto en las últimas jornadas ha desaparecido, por fin, en una etapa diferente de lo que nos tiene acostumbrados la carrera francesa. 14 sectores de sterrato han puesto a prueba la resistencia tanto física como mental de los ciclistas, como si se tratara de una de las clásicas de primavera. Muchos movimientos importantes desde el primer quilómetro y mucha ambición por parte de los favoritos nos han brindado una carrera llena de emoción en la última etapa de la primera semana. Hoy sí, entretenimiento de primer nivel.

El primer tramo del suelo ya ha traído ataques de los especialistas en este terreno. Tom Pidcock, Ben Healy y Arnaud de Lie han puesto el miedo al cuerpo de muchos de los favoritos a ganar la etapa al escaparse del grupo. Grandes nombres como el mismo Wout van Aert también han intentado salir, pero el pelotón no lo ha permitido. El segundo tramo, todavía además de 130 km del final, ha generado los primeros problemas para la gente de la general. El alto ritmo del grupo ha creado los primeros cortes, con ciclistas bajando de la bici por las dificultades del terreno. Primož Roglič, cuarto de la general, ha salido del tramo 30 segundos por detrás de sus rivales, y estos no han dudado a acelerar para evitar el retorno del esloveno.

El desgaste de los preferidos

Con un sobreesfuerzo de Roglič en primera persona, el grupo se ha vuelto a unificar, pero las energías ya no eran las mismas. El ritmo ha seguido siendo infernal y la tensión máxima. Pinchazo de Vingegaard en el tercer tramo y el UAE acelera sin piedad, pero sin conseguir alejarlo. La fuga, sin embargo, no estaba demasiado contenta con este ritmo; no han podido ser protagonistas y parecía que su aventura estaba a punto de terminar. El grupo, en el que había ciclistas como el mismo Turgis, Pidcock o Álex Aranburu, no se ha rendido en ningún momento. A partir de aquí, la carrera se ha detenido un poco, hasta a 78 km de meta. Nuevo tramo de sterrato, carretera picando hacia arriba y Evenepoel que no se lo ha pensado. El terreno recordaba al de su clásica preferida, la Liège-Bastogne-Liège, y el belga ha lanzado un ataque que ha hecho temblar las piernas de sus rivales.

Nadie salía a neutralizarlo, y ha sido el mismo Pogačar quien ha tenido que atacar, con Vingegaard a su rueda. Y así nos hemos encontrado con los tres grandes corredores de este Tour de Francia en solitario a falta de 75 km. Han llegado a cabeza de carrera y Evenepoel, pletórico, ha seguido tirando. Cada segundo que le sacaba a Roglic, que se ha quedado en el grupo principal, le daba vida. La falta de contribución de Vingegaard, sin embargo, ha significado un paro y el retorno de los tres líderes al gran grupo, ante la visible irritación de Evenepoel, que ha visto cómo se le escapaba una oportunidad de oro. El inicio frenético ha llegado a un final, y el ritmo ha disminuido para prepararse para los últimos 6 tramos de tierra, que decidirían la etapa. A destacar, una caída aterradora de Aleksandr Vlasov que, milagrosamente, no se ha hecho nada.

Atac Evenepoel sterrato Tour EFE
Ataque de Evenepoel nada más salir del sterrato / Foto: EFE

Unos últimos kilómetros de sufrimiento

A 43 km de meta, los especialistas en este tipo de terreno se han empezado a mover. Van der Poel se ha marchado adelante con un pequeño grupo en el que se encontraba el hombre del momento, Biniam Girmay, y el líder no se ha opuesto al movimiento. El pelotón dividido en grupos pequeños, pero con pocos movimientos. Hasta que a falta de 22 km, de nuevo en una zona de tierra, Pogačar ha decidido hacer su gran movimiento. Ni Evenepoel ni Vingegaard han podido seguirle el ritmo. Con la ayuda de compañeros de equipo han conseguido cerrar el agujero, pero el esloveno ya había mostrado sus cartas y ha visto cómo sus dos grandes rivales sufrían para seguirle el ritmo. Roglic, desaparecido todo el día, también aguantaba en el grupo de los favoritos. La escapada, que no ha tenido nunca más de dos minutos de margen, ha colaborado de manera excepcional y, cuando parecía que ya estaba muerta a mediados de etapa, finalmente se han jugado la victoria. Lutsenko, el más ambiciones, lanzando ataques siempre que el ritmo aflojaba.

Los últimos 10 km han empezado con el ataque de Jesper Stuyven por delante. Se ha mantenido a rueda toda la etapa, guardando las energías para este momento. Un minuto por detrás, en el último tramo de sterrato, volvía Pogačar, con más ambición que piernas, sin conseguir abrir un agujero. A 5 km del final, bandera blanca en el grupo de preferidos. Stuyven mantenía 7 segundos de ventaja sobre el grupo perseguidor y sufría a más no poder para no desfallecer. Hasta que no ha podido más. Dentro del último kilómetro, los ataques de Healy han llevado al grupo hasta el belga, y se han jugado la etapa al sprint. Anthony Turgis ha sido el más fuerte y ha atravesado la línea de meta por delante del favorito del día, Tom Pidcock. El francés es el octavo ciclista diferente en ganar una etapa en esta edición del Tour de Francia, y devuelve a su equipo, el Total-Energies, al peldaño más alto del podio, 7 años después de su última victoria en la gran vuelta. En la general, Pogačar mantiene el maillot amarillo, sin ningún cambio.