El exjugador blaugrana Antonio Carlos Ortega (Málaga, 1971) ha sido nombrado como nuevo entrenador del Barça de balonmano. El malagueño será el relevo de Xavi Pascual en el banquillo culé, después de que el club catalán haya hecho oficial este miércoles su fichaje para las tres próximas temporadas.
Ortega, de 49 años, vuelve al Palau Blaugrana después de que el Barça haya llegado a un acuerdo con el Hannover Burgdorf, equipo en el cual entrenaba desde el 2017 y con lo que tenía contrato hasta el 2023.
Apuesta de Laporta
Curiosamente, el andaluz se retiró como jugador en el Barça, en el 2005, por culpa de una lesión de rodilla que sufrió a los 33 años, cuando Joan Laporta era presidente. Y, quince años después, vuelve como entrenador con Laporta de nuevo al frente de la entidad.
Carlos Ortega entrenará al conjunto blaugrana después de hacerlo en el Antecarcome, entre 2005 y 2011, el Veszprém, de 2012 a 2015, la selección de Japón de 2015 a 2016, el Kolding las dos siguientes temporadas y el Hannover-Burgdorf entre 2017 y 2021.
"No me asustan los retos, pero este es un tren que pasa solo una vez; o lo coges o lo dejas, que también sería lícito, pero yo soy de los que lo cogen", ha afirmado el ya entrenador de la sección de balonmano culé.
Un reto importante
Carlos Ortega sustituirá a Xavi Pascual, el técnico que la temporada anterior consiguió 61 victorias en los 61 partidos al frente del equipo blaugrana y cinco títulos, con la guinda de la Champions para terminar, que representó el décimo título del Barça en la máxima competición continental y puso fin a un ciclo de doce temporadas y media de Xavi Pascual como entrenador del primer equipo, después de una travesía de 4507 días en el banquillo con 61 títulos en su palmarés.
Es por eso que, Ortega tendrá en frente un reto difícil de igualar e imposible de superar. Al menos en su primera campaña en el banquillo culé.
Por el otro lado, el hasta ahora técnico del Barça Xavi Pascual ha sido presentado este miércoles con honores como nuevo entrenador del Dinamo de Bucarest en una ceremonia en el Palau de Primavera, que fue residencia del dictador comunista Nicolae Ceausescu.