El Barça ha sudado tinta para vencer al Alavés en casa (1-2) tras encajar un gol de Samu Omorodion al cabo de 18 segundos de partido. Una pérdida de balón de Ilkay Gündoğan con el equipo al descubierto ha propiciado la carrera de Jon Guridi atravesando medio terreno de juego de Montjuïc. Gündogan lo perseguía, pero el alemán, que podría haber evitado el gol si hubiera hecho falta cuando la jugada lo pedía, ha preferido ahorrarse la tarjeta amarilla en el primer minuto de enfrentamiento.

Gündogan ha quedado retratado en la fotografía del gol babazorro, pero el que realmente ha estado muy flojo ha sido Jules Kounde. Samu ha puesto sobre la mesa las costuras del central francés del FC Barcelona y no ha sido hasta el minuto 35, que Xavi Hernández se ha dado cuenta de que el delantero cedido por el Atlético de Madrid estaba generando una sangría a costa de Kounde.

Samu Omorodion, celebrando su gol durante el Barça-Alavés / Foto: EFE

El Barça ha empezado a ganar el partido cuando ha reubicado a Araujo al eje

Con una notoria diferencia de envergadura y con su zancada, Omorodion estaba haciendo sufrir mucho al Barça hasta que Araujo, el mejor central del conjunto culé, hasta entonces jugando como lateral, ha cogido la sartén por el mango. El uruguayo, mucho más poderoso físicamente que Kounde, no solo ha paliado el problema del Barça en defensa, sino que ni en el cuerpo en cuerpo ni en la carrera ha vuelto a dejar ninguna oportunidad al '32' del Alavés.

Ha sido entonces cuando el Barça ha empezado a ganar el partido. Con balón, el conjunto culé seguía espeso, pero, al menos, se ha podido olvidar del dolor de cabeza que ha arrastrado durante la primera media hora de partido con el delantero centro del Alavés. El equipo de Xavi, con el simple hecho de reubicar a un futbolista, ha empezado a reorganizar sus ataques mucho más rápidamente gracias al hecho que recuperaba balones mucho antes.

Mientras tanto, y de manera cruel, pero inevitable, ha quedado señalado Kounde por su pobre labor defensiva ante un delantero de 19 años. Sea como sea, el cambio ubicacional también le ha acabado dando frutos a Xavi con el francés, ya que a pesar de tener un partido nefasto a nivel defensivo, de sus botas ha salido el centro que Lewandowski ha convertido en el gol del empate en un remate de cabeza espectacular.

Lewandowski, celebrando el gol del empate contra el Alavés / Foto: EFE

Contra el Shakhtar, mismo problema con Christensen y Sikan

Este domingo, ha sido la pareja Kounde-Omorodion la que ha dejado en ridículo a la defensa culé, pero en el último enfrentamiento de Champions, aunque en menor medida, fue el delantero del Shakhtar Sikan quien ganó la mayoría de duelos a Andreas Christensen. Desgraciadamente para los de Xavi, su juego se basa en que todas las segundas jugadas caigan del lado culé.