El pésimo partido que el Barça disputó el pasado domingo contra el Alavés ha dejado huella. Los blaugrana sumaron los 3 puntos, gracias a Lewandowski y al desacierto del conjunto vitoriano en los metros finales, pero la sensación que quedó en el ambiente fue de derrota, de que mucho tienen que cambiar las cosas si el Barça quiere realmente competir por los grandes títulos.

Y es que da la sensación de que Xavi Hernández no acaba de dar con la tecla del sistema. Su principal preocupación es suplir a Sergio Busquets, una posición fundamental para él en la libreta. Nico González no le servía y el sustituto, Oriol Romeu, parece ser que no le convence. Todo ello ha llevado al entrenador a mover piezas, a probar con un doble pivote y a situar a Joao Cancelo en 3 posiciones diferentes, lateral derecho, lateral izquierdo e interior derecho.

Joao Cancelo Barça / Foto: Europa Press
Joao Cancelo, en un partido del Barça / Foto: Europa Press

Joao Cancelo, demasiado anárquico

Cancelo ha demostrado en sus primeros partidos como blaugrana atesorar una calidad indudable, capaz de desbordar por banda y de encontrar los carriles interiores, pero también a despistarse con un juego demasiado anárquico que trastoca todo el sistema. Y el principal problema es que el portugués, en su afán por incorporarse al ataque, olvida su espalda, dejando unos espacios que después generan muchísimos problemas a la defensa en las transiciones.

En el partido contra el Alavés, por ejemplo, Cancelo perdió en muchas ocasiones la posición, esta vez el lateral izquierdo, lo que provocó el enfado de Ronald Araujo, que tenía que estar pendiente de todos los desajustes, desde los problemas de Koundé para frenar a Samu como la falta de Cancelo, a lo que se añadía el tremendo espacio entre la línea defensiva y el doble pivote, formado por Gündogan y Pedri.

Xavi Hernández Barça / Foto: EFE
Xavi Hernández, en el Barça-Alavés del domingo / Foto: EFE

Un calendario terrible

Xavi, pues, tiene ahora 2 semanas para ajustarlo todo, ya que después del parón al Barça le espera un calendario terrible. Primer debe visitar Vallecas, un estadio complicadísimo, y después recibe en el Lluís Companys al Oporto, con el que se jugará la primera posición del grupo de la Champions, y al Atlético de Madrid, que está en su mejor momento de la temporada. Para rematarlo, el Barça recibirá acto seguido al Girona, al líder de la Primera División, una prueba de fuego para un Barça en mal momento.

La principal preocupación es ajustar de una vez por todas la defensa, con dudas sobre el rendimiento de Koundé y la posición que debe ocupar Cancelo, y el centro del campo, ya que parece que el invento del doble pivote no acaba de funcionar. En ataque, Xavi espera recuperar las mejores versiones de Ferran Torres y de Raphinha, que se han atascado en los últimos partidos.