La final de la Copa del Rey ante el Real Madrid no solo sirvió para que el Barça levantara un título importantísimo, sino también para que Ronald Araujo mandara un mensaje directo y contundente a Hansi Flick. El central uruguayo, que ha vivido una temporada complicada marcada por la suplencia en los partidos grandes, aprovechó los minutos que tuvo para demostrar que sigue siendo un pilar fiable en los momentos de máxima exigencia.
Un muro cuando el Madrid más apretaba
Con el partido en su momento más crítico, y el Madrid lanzado en busca del empate, Flick decidió mover el banquillo y darle entrada a Araujo. El uruguayo saltó al terreno de juego con una misión muy clara: cerrar filas y aguantar el asedio blanco. Y no pudo cumplirla mejor.
Araujo se mostró imperial en los duelos individuales, seguro en el juego aéreo y contundente al corte. Su entrada aportó solidez a la defensa del Barça en los minutos más tensos de la final, cuando cada balón dividido podía decidir el título. Su actuación fue clave para frenar las embestidas de jugadores como Vinicius o Mbappé, que hasta entonces habían encontrado espacios.
Una respuesta al reto de Flick
La temporada no ha sido fácil para Araujo. Con la irrupción de Pau Cubarsí, el buen nivel de Iñigo Martínez y la confianza renovada en Koundé como lateral derecho, el uruguayo ha pasado más tiempo en el banquillo de lo que le habría gustado. Sin embargo, lejos de venirse abajo, Araujo ha mantenido la cabeza fría y la profesionalidad intacta.
Su actuación en la final fue una forma de decirle a Flick que está listo para jugar cuando y donde el equipo lo necesite. Ya sea como central o como recurso en partidos calientes, el uruguayo sigue siendo una garantía en defensa.
Pensando en el Inter y en el tramo final de la temporada
El calendario no da tregua, y el Barça ya piensa en el partido de ida de semifinales de Champions contra el Inter de Milán. Y después de su rendimiento en la final de Copa, Araujo vuelve a posicionarse como una opción muy seria para ser titular.
Flick necesitará experiencia, físico y capacidad para resistir. Y ahí, Araujo ofrece cualidades que pocos en la plantilla tienen. Su velocidad para corregir, su potencia en el juego aéreo y su capacidad para liderar la zaga en momentos de presión lo convierten en un candidato natural para partidos de alto voltaje.
Un ejemplo de compromiso y resiliencia
Más allá de su rendimiento puntual, lo de Araujo es un ejemplo de resiliencia. No ha sido fácil aceptar un rol más secundario esta temporada, pero el uruguayo ha seguido trabajando en silencio, esperando su momento y demostrando que el compromiso con el Barça está por encima de cualquier situación personal.
En la final de Copa, Ronald Araujo volvió a recordar a todos por qué es uno de los defensores más valorados del continente. Y dejó claro que, cuando el Barça necesita un líder atrás, él siempre responde.