El Barça está inmerso en un periodo de cambio. Después del anuncio de la destitución de Xavi Hernández, todo parece indicar que Hansi Flick será quien tome el relevo. Con la llegada del alemán, se producirá un cambio en el estilo de juego y, necesariamente, en la planificación que Deco había hecho en la plantilla.
No es ningún secreto que algunos jugadores no contaban para Xavi, como puede ser el caso de Joao Félix o Vitor Roque. Ambos pueden tener una oportunidad de quedarse si Flick da el visto bueno. Otros, como Sergi Roberto, podrían ver su renovación paralizada si, a diferencia del anterior entrenador, Flick no lo tiene entre sus planes. Pero hay otro grupo de jugadores que, independientemente de lo que opine el técnico alemán sobre ellos, podrían acabar saliendo traspasados por las necesidades económicas del club. Como es el caso de Ronald Araujo.
El futuro de Araujo, en duda
El uruguayo ha sido uno de los jugadores señalados por Joan Laporta para acabar saliendo. El central fue el autor de la absurda expulsión que prácticamente le acabó costando la eliminación al Barça contra el Paris Saint-Germain. Después de aquel fatídico día, su rendimiento fue en picado, saliendo señalado también del Clásico o el derbi contra el Girona. Como consecuencia, fue suplente en los siguientes dos partidos.
Una muestra de que el futuro de Araujo puede estar más lejos que nunca del Barça. Y es que, a pesar de este mal tramo de temporada, varios clubes han mostrado interés por él. Uno de ellos es el Manchester United, que estaría dispuesto a ofrecer 100 millones de euros después de haber logrado una FA Cup que les da acceso a la Europa League y de confirmar que Raphael Varane acabará saliendo. Una cantidad que al Barça le ayudaría a equilibrar las cuentas y, así, hacer posible el fichaje de Joshua Kimmich.
Kimmich, el fichaje estrella de Flick
Traer a un jugador para el mediocentro es la gran prioridad de Deco, que hace tiempo que busca una opción asequible en el mercado. Ante la llegada de Flick, la gran prioridad pasa a ser Kimmich, que acaba contrato con el Bayern de Múnich en 2025, con lo que los bávaros están ante su última oportunidad de sacar un beneficio económico por su salida.
La estrategia, entonces, es clara. Vender a Araujo, cuya posición está cubierta gracias a la irrupción de Pau Cubarsí o el retorno de Andreas Christensen a la defensa, después de haber estado jugando de pivote los últimos meses. Con un valor de mercado de 60 millones, que podría reducirse, el Barça tendría margen para traer a Kimmich y otro refuerzo gracias a la venta de Araujo.