Decían que el fútbol sería más justo con la introducción del VAR, pero parece que algunos siguen jugando con una ley diferente a la del resto. El último capítulo polémico del vídeorbitraje ha sido en el Estadio Alfredo Di Stéfano, donde este pasado jueves el Real Madrid se impuso al Valencia.

A pesar de la contundencia final del resultado, el partido estuvo marcado por un gol anulado a Rodrigo, del Valencia, cuando el marcador todavía iba empatado a cero. José María Sánchez Martínez, el árbitro del duelo disputado en Valdebebas, acabó borrando el gol del conjunto valenciano después de consultar con el VAR un fuera de juego posicional de Maxi Gómez más que dudoso.

EFE

Si intervenía o influía en el gol de manera indirecta el delantero uruguayo del Valencia es un hecho valorativo que el árbitro tiene que tener claro, pero también hay que saber como utilizar el VAR. Sólo se consultaba al vídeoarbitratge en casos de errores manifiestos en goles, y este caso es dudoso.

Al final el gol fue anulado y Arturo Vidal, centrocampista del Barça, que tenía ganas de juerga, compartió a través de las redes sociales una imagen libre de interpretación justo después de la acción.

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Dos líneas, una roja y una azul, que son las elegidas en los casos de análisis de fueras de juego por parte del VAR, y un emoticono de una cara riendo. Nada más que decir.