Fuera la espina. Fuera la espina que le quedó clavada en la ida de las semifinales de Copa del Rey. Un gol que ya estaba marcado, firmado y sellado por 'El Presidente', se lo negó un Ansu Fati que tuvo la mala fortuna de estar, en aquel caso, en el lugar indicado, en el momento indicado. De eso, ahora hace poco más de dos semanas, pero en el segundo de la trilogía de Clásicos de esta entrada de primavera, Franck Kessie ha vuelto a ver un campo de flores delante suyo.
El escenario soñado para el marfileño de su primer gol de trascendencia incalculable, quizás, era el feudo del eterno rival. Con todo, en el Bernabéu no se le dio, pero se redimió en el Clásico que proseguía de manera inmediata, y, de añadida, hacerlo para que el Camp Nou celebre una victoria contra el Real Madrid tras cuatro temporadas, ha sido una espera que ha valido la pena.
Kessie, paradigma de que la paciencia tiene su premio
Porque la de esperar se la sabe el bueno de Kessie. Se la sabe porque, en primer lugar, un Barça que hoy queda muy lejos desestimó su llegada. Meses más tarde, se le dio luz verde, y una vez firmado y uniformado, tuvo que esperar a su oportunidad para, obligado, responder.
Sus ratitos no venían siendo suficiente para demostrarle a su nueva afición que el '79' del Milan era toda una referencia en el Calcio. No acababa de entrar en los planes de Xavi, pero lejos de desesperarse, Kessie ha encontrado su filón en la lesión de Pedri. Al africano se le presentaba una oportunidad que tenía que aprovechar.
En el contexto Barça, la paciencia no existe, pero cuando empezó a alcanzar el rodaje que todo futbolista necesita, su fútbol cambió. Demostró que Kessie no solo se trata de un perfil físico. Con asistencias abrelatas como aquella a Jordi Alba en la visita del Sevilla al Camp Nou, o con actuaciones de gran mérito como la suya en Villarreal, el '19' blaugrana ha demostrado, no ser el paradigma de futbolista con ADN Barça, pero si el paradigma de que la paciencia tiene su premio.
Kessie, despacito y buena letra
Kessie no encaja en el ideal del más purista, pero tampoco lo hacía un tal Seydou Keita que, recordemos, era una alternativa de lo más útil para un hombre tan respetado en can Barça como lo es Pep Guardiola. Aquel futbolista malí tenía llegada y gol, y este Kessie, también con el timing de la llegada interiorizado, hoy ha marcado uno que muchos culés guardarán en la retina por mucho tiempo. Hoy, el Barça duerme a 12. Firmado, 'El Presidente'.