El Athletic Club de Bilbao hizo todo lo posible para cerrar un refuerzo estrella para el eje de la defensa. A pesar de la irrupción del joven Aitor Paredes, que está dejando muy buenas sensaciones, y de la presencia de Dani Vivian y de Yeray Álvarez, plenamente consolidados en la élite, Ernesto Valverde quería que llegara un nuevo central para cubrir la baja de Íñigo Martínez, que finalizó contrato en junio, y acabó recalando en el Barça.
Por ello probaron suerte con Hugo Guillamón, que ha perdido su sitio en el Valencia, y no ha jugado absolutamente nada este curso, como ya le ocurrió en el último tramo del anterior. Pero se negaron a dejarle salir cedido, y reforzar a un rival de La Liga EA Sports. No obstante, la gran prioridad de los vascos fue traer de regreso a uno de los futbolistas más prometedores que han salido de la cantera en los últimos tiempos. Nos referimos a Aymeric Laporte.
Tuvo una irrupción increíble, y se convirtió rápidamente en uno de los ídolos de la afición, y uno de los referentes del proyecto. Consiguió despertar el interés de algunas de las entidades más importantes del continente, como el Barça, el Real Madrid, el Arsenal, el Paris Saint-Germain o el Bayern de Múnich, pero finalmente abandonó San Mamés para comprometerse con el Manchester City, en enero de 2018, siendo una petición de Pep Guardiola.
Más de 60 millones de euros pagaron los ingleses por el defensor que ahora tiene 29 años, y que se convirtió en su momento en la venta más cara que realizaron los rojiblancos, un récord que un par de años después superaría Kepa Arrizabalaga cuando firmó por el Chelsea. Y tuvo unas primeras campañas impresionantes en la Premier League, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores, entrando en los onces ideales, erigiéndose en el líder de la retaguardia en el Etihad Stadium.
Pero todo cambió radicalmente para el hispano-francés después de la llegada de Rubén Días. Poco a poco fue perdiendo importancia en los esquemas, hasta acabar siendo la última opción en las rotaciones para el técnico catalán, como quedó comprobado el año anterior, cuando se vio superado por el ex del Benfica, y también por Manuel Akanji, Nathan Aké o John Stones. Este verano, después del aterrizaje de Josko Gvardiol, tenía imposible jugar, así que optó por salir.
Una situación de la que se quería beneficiar el Athletic, recuperando a Laporte. Pero finalmente no fue posible, y acabó uniéndose al Al-Nassr de Arabia Saudí, donde comparte vestuario con Cristiano Ronaldo, Sadio Mané, Alex Telles o Marcelo Brozovic. Como ha explicado el internacional español, no estaba interesado en volver a Bilbao, dejando KO a ‘El Txingurri’.