El Barça es campeón de la Copa del Rey, pero no es precisamente gracias al arbitraje. La final contra el Real Madrid disputada en el Estadio de La Cartuja de Sevilla fue una demostración de que el conjunto merengue siempre juega con uno más. Y es que tanto Ricardo de Burgos Bengoetxea, el árbitro principal, como Pablo González Fuertes, el del VAR, no ayudaron nada al Barça.

El Barça, contra el Real Madrid y los árbitros

Fue un partido polémico en mayúsculas. El Barça reclamó unos cuantos penaltis, y en el único que se le concedió hubo la intervención desde la sala VOR para hacer cambiar de opinión al colegiado principal. Una situación que enervó a los culés que vieron esta final.

Decisiones polémicas, con tarjetas que salían cuando no tocaban y la ineficacia de la nueva tecnología para señalar penas máximas muy claras. Fue un duelo que aparte de los dos equipos, los árbitros también tuvieron un papel protagonista. Y esto era lo que quería el Real Madrid con todo el alboroto formado en la previa del partido. Le salió medio bien la jugada.

Ricardo de Burgos Bengoetxea Iñigo Martínez Barça Real Madrid / Foto: Europa Press
Ricardo de Burgos Bengoetxea hablando con Iñigo Martínez durante la final de la Copa del Rey / Foto: Europa Press

La conversación del penalti con el VAR

Pero una de las jugadas polémicas, y la única publicada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), fue el penalti de Asencio sobre Raphinha ya en el tiempo de descuento de la segunda parte. El empate imperaba en el marcador y el Barça podía resolver la final desde los once metros. Sin embargo, después de que De Burgos Bengoetxea pitara la pena máxima, González Fuertes le recomendó ir a revisar la jugada en la pantalla.

"Te recomiendo, por favor, que vengas a ver el penalti que acabas de sancionar", dice González Fuertes desde el VAR. "Te la voy a soltar para que veas que el jugador ya está arrastrando el pie cuando se puede producir el contacto abajo", se añade desde la sala VOR. Y para acabar, la resolución de De Burgos Bengoetxea: "Perfecto, voy cancelar el penalti y me voy a ir con tarjeta amarilla para Raphinha​​​​​​​", por supuestamente simular.

Un despropósito total. Sí que es el penalti menos penalti de todos y puede ser opinable, pero es increíble como desde el VAR no entren a recomendarle la revisión de las otras penas máximas más claras que el Barça no pudo chutar. Una final marcada por los árbitros, pero que por suerte se acabó imponiendo el fútbol sobre el césped.