El día 1 de octubre del 2017 la represión policial cambió Catalunya. Pero desde entonces, ¿qué ha dicho y qué ha hecho el Barça, el club catalán más internacional? En la última asamblea de compromisarios, Josep Maria Bartomeu, presidente blaugrana, reafirmó el compromiso del club con el país.
Un mismo discurso que el Barça defiende desde antes del 1 de octubre, pero aquel día el barcelonismo se dividió. A las cuatro y cuarto se tenía que disputar un partido de Liga en el Camp Nou contra el Las Palmas, y desde primera hora los máximos dirigentes del Barça se reunieron para determinar qué tenían que hacer.
Bartomeu decidió que el Barça no disputaría el partido y perdería seis puntos tal como marca el reglamento. Una decisión compartida por Gerard Piqué y Sergi Roberto, que precisamente fueron a votar en aquel referéndum. Pero cuando el presidente bajó al vestuario para comunicar la decisión, cambió de opinión. Con Messi al frente, gran parte de la plantilla quería jugar. Finalmente, partido a puerta cerrada, victoria del Barça, y Piqué confesó que había sido la peor experiencia profesional de su vida.
Como consecuencia, dimitieron el vicepresidente Carles Vilarrubí y Jordi Monés. Bartomeu quiso ser equidistante y con su decisión no contentó a nadie. Desde entonces el Barça se ha escudado en su catalanismo histórico, en el diálogo, en el derecho a decidir y en la voluntad de acabar con la situación de los presos políticos, pero poco más.