La derrota del Barça en el campo del Leganés ha puesto el foco en las carencias del equipo. Los resultados, hasta ahora, habían disimulado unas carencias que el colista aprovechó para sumar su primera victoria de la temporada.

El descalabro blaugrana no es casualidad. El 2-1 obedece a un cúmulo de circunstancias que desembocan en la fragilidad defensiva. Ernesto Valverde, en su primer año en el Camp Nou, se dedicó a proteger su portería antes de buscar la del rival. Ahora, en su segundo año, esto se ha convertido en un dolor de cabeza. El Barça, en seis partidos de Liga, ya ha recibido los mismos goles (7) que la temporada pasada después de catorce jornadas. Una diferencia que puede hipotecar su futuro.

"Es difícil explicar cómo se nos han escapado cinco puntos en dos partidos", dijo Valverde en la sala de prensa de Butarque. El entrenador, con el calendario en contra, tiene que encontrar una solución que no pasa por la portería. El papel de Marc-André ter Stegen todavía es más decisivo. Sus 16 paradas en la Liga han salvado partidos y puntos. El Barça, cada vez menos armónico, se entrega a las individualidades y abandona el colectivo. El juego de posición no es trascendente y el equipo no es capaz de aprovechar los buenos momentos ni cerrar los marcadores. No gobierna los resultados, más allá de las genialidades de Leo Messi.

El Leganés, con un planteamiento sin fuegos artificiales, acabó el partido con más disparos a portería que el Barça. Los madrileños, en un minuto, le dieron la vuelta al gol de Philippe Coutinho para experimentar una sensación inédita hasta el momento. Nunca habían ido por delante en el marcador después de 500 minutos. Lo habían conseguir por demérito de un Barça que se disparó al pie. El equipo encadenó errores hasta conectar al Leganés al partido. Cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde. No tenía argumentos ni el amor propio que demostró contra el Girona.

Este Barça es más reactivo que proactivo. Los resultados lo demuestran. En cinco de los ocho partidos ha ido por detrás en el marcador. Ha sumado tres remontadas, un empate y una derrota. Parecía cuestión de tiempo que perdiera la condición de invicto en la Liga. Pero no era previsible que un equipo como el Leganés, que sólo había marcado cuatro goles, levantara un partido que tenía perdido y desnudara todas sus vergüenzas.

El fondo de armario no responde cuando Valverde lo necesita. Los cuatro fichajes siguen desaparecidos por diferentes razones y las rotaciones siempre tienen el mismo final. El once de gala tiene que salir al rescate porque el banquillo, de momento, no rinde como la secretaría técnica había previsto durante el verano. El Barça cuenta, a día de hoy, con doce o trece futbolistas. Muchos de ellos, lejos de su mejor momento.

Athletic Club, Tottenham y Valencia medirán en los próximos días el grado de autocrítica del Barça, que tiene el tiempo justo para extraer alguna conclusión positiva de su primera derrota.