En un país en que la represión y la falta de derechos son el pan de cada día, el Barça ha sido destronado (2-3). El Atlético de Madrid ha privado que los blaugrana defiendan la condición de vigentes campeones de la Supercopa de España en Arabia Saudí contra el Real Madrid después de diez minutos de revolución colchonera.
El Barça vuelve a disfrutar
El Barça quería una final de Clásico y no quería permitir que el Atlétco le volviera a poner las cosas difíciles. Pero este Barça de Valverde, tan irregular como inestable y sublime, se ha plantado en Arabia en unas semifinales de la Supercopa contra un rival invitado. Pero a pesar del cambio de formato y del viaje, la lucha por el título ha hecho cambiar el espíritu blaugrana.
En ningún caso se ha parecido a aquel equipo que jugó contra el Espanyol en Cornellà, aunque los futbolistas fueran casi los mismos. Arturo Vidal se ha hecho un sitio en el once titularísimo que ha presentado Valverde, con la excepción de la entrada de Neto en la portería por culpa de la lesión de Ter Stegen. Y es cierto que a pesar de la intención constante del Atlético de entorpecer el fútbol, los blaugrana se han impuesto a base de buen juego.
Trabajando poco a poco para encontrar los huecos, y consiguiendo el objetivo. Dominio del Barça y mareando a un Atlétco sólo capaz de asustar al contragolpe. Pero el fútbol del Barça esta vez ha sido reconocible.
El Barça jugaba fácil, con movilidad y encontrando a Messi, Suárez y Griezmann en ataque. Llegadas, pero con mala suerte. Recuperación del olfato goleador y alguna duda en defensa. Piqué, Sergi Roberto y Jordi Alba han estado bien, pero pasaban los minutos y Umtiti seguía demostrando que aún es lento como un tractor diésel.
Locura de goles
Pero tal como estaba el partido, en algún momento tenían que llegar los goles. Y para sorpresa de todo el mundo, a los 22 segundos de la segunda parte ha marcado Koke, que había entrado en el descanso. El primer baón que tocaba y hacia dentro ante un Barça impasible.
Y con la rabia del marcador en contra después de un buen partido, Messi se ha encargado de hacer levantar a la afición local, que parecía la suya propia. Cada vez que el argentino tocaba la pelota o hacía una jugada, la admiración era máxima. Y todavía ha sido mayor cuando cinco minutos después de encajar el primer gol, ha hecho el empate con una demostración de ganas de final.
No ha sido todo porque en el minuto 60 el mismo Messi ha hecho el doblete, pero el gol ha sido anulado después que el árbitro revisara el VAR. Y en la siguiente jugada Griezmann, el Príncipe, ha marcado el segundo gol.
Justicia sobre el césped y más después del tercer gol blaugrana, de Piqué, gracias a una jugada de estrategia formidable. Pero en el minuto 75 ha vuelto a intervenir el VAR para anular otro gol al Barça por un fuera de juego de Arturo Vidal. Por los centímetros de una cresta.
Revolución del Atlétco
Y cuando el Barça tenía el partido donde quería, ha llegado la revolución. Vitolo, que había entrado hacía poco, ha sido atropellado por Neto cuando tenía el gol medio hecho. Y Morata ha empatado de penalti a falta de diez minutos para el final.
Justo después, más polémica: manos de Piqué muy claras dentro del área que son consideradas involuntarias. El Atlétco ha enloquecido y este estado de ánimo fuera de medida ha beneficiado a los colchoneros. Remontada en el minuto 87 gracias a un nuevo contragolpe con pérdida de balón del Barça. Correa no ha fallado delante de Neto.
Y con la remontada del Atlétco conseguida y con el Barça totalmente descentrado, se ha acabado el partido. Quien ha jugado mejor ha acabado sin final. Y los invitados han tenido suficiente con diez minutos de revolución para ganarse el sitio para jugar por un título contra el eterno rival, el Real Madrid.