El Barça ha golpeado primero en la gran final de la Liga Endesa de baloncesto. Los blaugrana se han impuesto al Real Madrid en el primer partido de la serie (97-88), un encuentro muy emocionante que se ha decidido en el último cuarto, en el que el Barça, más centrado e intenso, ha conseguido escaparse en el marcador, una distancia de dos dígitos que no ha dejado escapar, a pesar de los triples de Sergio Rodríguez y Segio Llull y de la aparición de un Tavares imponente en la pintura.
Uno de los momentos del inicio de la gran final de la Liga Endesa era ver cómo recibía el Palau Blaugrana a Nikola Mirotic, después de que trascendiera, solo un día antes, que el Barça le había comunicado la rescisión del contrato al terminar la temporada. Las dudas han durado poco, ya que Mirotic ha sido recibido por la afición con una sonara ovación.
Intensidad, emoción y muchos puntos
El Real Madrid ha empezado muy fuerte y no ha tardado en ponerse 0-6, con Williams-Goss y Tavares liderando el ataque. El Barça ha intentado responder, con Abrines y Vesely como jugadores más inspirados, aunque en todo el primer cuarto ha ido a remolque de los blancos, que anotaban cada vez que el Barça se acercaba en el marcador. En el tramo final del cuarto, el Barça ha intensificado la presión en defensa, alargando los ataques del Madrid y provocando alguna pérdida, lo que le ha permitido acercarse a solo 1 punto. Finalmente, a falta de 1:24, el Barça se ha puesto por primera vez en el marcador (22-21), una situación que ha mantenido hasta el final gracias a un Sanli estelar que ha anotado dos triples seguidos (28-23).
Y la dinámica se ha mantenido en el inicio del segundo cuarto, con el Real Madrid dominando el poste bajo con un Tavares imparable y el Real Madrid respondiendo desde el exterior, a base de triples. El gran protagonista del partido, Mirotic, no ha aparecido en la primera parte, lo que ha provocado que entre varios jugadores se repartieran el liderazgo, para mantener durante muchos minutos un cómodo +6. El Barça, moviendo muy bien la pelota, encontraba siempre un tirador, mientras que el Real Madrid respondía con momentos de lucidez de Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Tavares. Además, no ha faltado la polémica, ya que mientras que al Barça li pitaban 6 faltas en contra, alguna muy discutible, al Madrid no le pitaba ninguna, lo que ha enfadado, y mucho al Palau Blaugrana. En los dos últimos minutos, el Real Madrid se ha vuelto a escapar gracias a dos triples seguidos, de Llull y de Yabusele (44-48), a lo que ha respondido Sanli con otro acierto desde la línea de 3 puntos. Al descanso, el Madrid se ha ido por delante (47-50). Los ataques se había impuesto a las defensas.
El Barça rompe el partido en el último cuarto
El partido ha dado un giro de 180 grados tras el descanso. El juego se ha embarrado y la anotación ha bajado drásticamente. Mientras en el primer tiempo el intercambio de golpes había sido constante, en el tercer cuarto cada anotación costaba una barbaridad. Las defensas, muy intensas, han evitado los lanzamientos fáciles. Poco a poco, el Barça ha ido remando y se ha logrado poner por delante con un parcial de 9-2 (56-54). La igualdad se ha mantenido en todo momento, hasta llegar al final del cuarto con un 63-60.
La emoción se ha mantenido en el último cuarto. Hezonja lo ha inaugurado con un triple, que ha sido respondido con otro de un Mirotic renacido. El Barça ha aumentado la presión, ante un Madrid nervioso y desacertado. A falta de 7:36, los blaugrana se han puesto con un +10 gracias a un triple de Abrines (74-64). El Real Madrid, como en el primer tiempo, ha logrado rehacerse gracias a los veteranos, Sergio Rodríguez y Llull, que con un triple y un 2+1 han vuelto a meter al Madrid en el partido (74-70). El Barça, sin embargo, ha recuperado el ritmo anotador del primer cuarto, ahora con Satoransky, Mirotic y Laprovittola como líderes, un acierto que empujado por un Palau intenso ha logrado que el Barça se escapara en el luminoso, hasta el final. El Barça logra la primera victoria en la final de la Liga ACB. El domingo tendrá la oportunidad de dar un segundo golpe.