El gol de Jude Bellingham en el Clásico inició una cuenta atrás para conocer el día en que el Real Madrid se proclamaría campeón de Liga y dejaría al Barça, por tanto, sin opciones de ganar ningún título. Finalmente, ha sido el Girona, con una nueva exhibición en la segunda parte, el encargado de dar la mala noticia al conjunto blaugrana, que con este resultado y a falta de cuatro jornadas por disputar, acaba con cualquier opción matemática de conseguir un título por parte de su rival. No solo eso, sino que los de Míchel le arrebatan la segunda plaza que da acceso a la próxima Supercopa de España.

Un inicio ilusionante que se tornó en pesadilla

A pesar de empezar el curso con un pobre empate en casa del Getafe, la ilusión estaba extendida entre el barcelonismo. Campeones de Liga después de cuatro años, parecía que este podía ser el año en que Xavi Hernández consagrase su proyecto con la ayuda de fichajes como los de Ilkay Gündogan, Joao Cancelo, Joao Félix o incluso Oriol Romeu, quien en sus primeros partidos parecía ser el relevo perfecto para Sergio Busquets. Las goleadas contra el Real Betis y el Amberes en el que sería el nuevo hogar provisional de los culés, el Estadio Lluís Companys, dispararon esta ilusión. Con el tiempo, se fue viendo que no fue más que un espejismo.

Los jugadores del Barça celebrando un gol contra el Betis / Foto: EFE

Precisamente, la goleada contra los belgas estuvo muy presente en la memoria del equipo, ya que durante casi cuatro meses fue el último partido en el que el Barça ganó por más de un gol de diferencia. Veinte partidos pasaron hasta que los blaugrana pudieran quitarse esta "maldición". Entre medio, dos derrotas en casa contra Madrid y Girona que hirieron el orgullo de la afición y un polémico cambio en la convocatoria contra el Amberes que avivó la sensación de descontrol en el club.

Fue el 11 de enero, en las semifinales de la Supercopa de España contra Osasuna, el día en el que los de Xavi por fin ganaron por dos goles de ventaja. Era, además, el pase a una final que podía ayudar a empezar el 2024 ganando un título y quitarse de encima todos los fantasmas que venían arrastrando durante la temporada. El resultado no pudo ser peor, con una dura goleada (4-1) contra el Madrid, que conquistaba su primer título de la temporada. Diez días después, el Barça visitaba San Mamés con motivo de los cuartos de final de la Copa del Rey. Tras un duro enfrentamiento, prórroga incluida, el Athletic Club de Bilbao pasó a las semifinales de la competición que acabarían conquistando.

Los jugadores del Real Madrid celebrando un gol en la final de la Supercopa / Foto: EFE

Xavi anuncia su dimisión a final de temporada

Tras perder dos títulos en cuestión de días, lo peor estaba por llegar. En la jornada 22 de Liga, después de encajar cinco goles en casa contra el Villarreal, Xavi Hernández anunciaba su dimisión a final de temporada. Un giro de los acontecimientos que, inesperadamente, sirvió para detener la hemorragia.

Desde ese preciso instante, el Barça fue mejorando poco a poco el juego y manteniéndose imbatible en los resultados. Según Xavi, fue gracias a esta decisión que el equipo recuperó la fiabilidad defensiva que lo hizo campeón de Liga y se reencontrase con la mejor versión de jugadores como Lewandowski y Raphinha. Unas buenas sensaciones que se confirmaron en la eliminatoria contra el Nápoles, que permitía a los blaugrana pisar los cuartos de final de la Champions por primera vez en cuatro años. La victoria en el Parque de los Príncipes en el partido de ida hizo pensar que volver a una final de la máxima competición europea no era misión imposible.

Ferran Torres lamentándose durante el Barça-PSG / Foto: EFE

En busca de una nueva ilusión

De nuevo, cuando el barcelonismo se permitió soñar con volver a sus mejores tiempos, la realidad le acabó golpeando de una forma que no se pudo recuperar. En Montjuic, la expulsión de Ronald Araujo condicionó extremadamente a un equipo que fue incapaz de aguantar los dos goles de ventaja en la eliminatoria contra el PSG. El público fue testigo de una nueva debacle europea que alejaba al Barça del título que más opciones tenían de conquistar. Una derrota que, además, deja al Barça sin plaza para el nuevo Mundial de Clubes. La derrota en el Clásico de aquella misma semana no fue más que la prolongación del estado de desánimo que conquistó al aficionado culé, que ya empezaba a vislumbrar lo que hoy se ha confirmado.

Por si el clima en can Barça no fuese ya irrespirable, Joan Laporta acabó anunciando la permanencia de Xavi por un año más. Una decisión que no ha estado libre de polémica, después de que el propio Xavi se hubiese encargado de confirmar en reiteradas ocasiones que su decisión era inamovible. Ahora, club y entrenador pueden trabajar de la mano para hacer que no se repita un año como este. Un año que, a pesar de las constantes idas y venidas que ha tenido, ha puesto la semilla para un futuro prometedor. Si se puede extraer algo positivo de esta temporada, es indudablemente la explosión de jugadores como Lamine Yamal, Pau Cubarsí o Fermín López. Unos jóvenes que están llamados a liderar el futuro del club.